Niños y maestros de Venezuela.. ¡Invéntense una!, por Gregorio Salazar
Por definición el gobierno comprende la muy compleja función de conducir a los ciudadanos y administrar las cosas del Estado a través de los órganos que la integran. Vaya tomando nota porque queremos hacer algunas comparaciones.
En cuanto a los ciudadanos, señalan los teóricos, el ejercicio del gobierno implica dirigirlos, inducirlos, motivarlos, alentarlos, estimularlos, disciplinarlos, empujarlos, detenerlos, coordinar sus esfuerzos, señalar metas, articular sus actividades para que cada una de ellas cumpla la parte que le corresponde en la vida comunitaria.
Depende, le responderá cualquier venezolano a los especialistas, porque también puede dedicarse, como ocurre en nuestro suelo, a confundirlos, desmotivarlos, desalentarlos hasta la desmoralización, indisciplinarlos hasta el caos, empujarlos si es hacia la pobreza, detenerlos y hasta torturarlos y borrarlos del mapa, descoordinarlos y desarticularlos, que de todo eso vimos en el pasado y seguimos padeciendo en el presente.
Mintiendo y atropellando, coartando derechos, impidiendo todo esfuerzo productivo, laboral o académico, el cogollito dictatorial va abonando el terreno para una anarquía mayor que la conocida. Para mantenerse aferrados al poder cualquier abuso, delito, patraña, alianza macabra, invento, todo lo que implique una desviación de las pautas legales y constitucionales les sirve.
El resultado es un pasticho perverso de militarismo, estatismo, populismo, centralismo y caudillismo con su consabido baño de corrupción como no lo había conocido la historia de Venezuela y que la tiene al borde de convertirla en una nación inviable por muchos años, si es que esa deriva suicida no es detenida a tiempo.
El reino de los jerarcas chavistas es el de la mentira y el fracaso. La primera marca cada segundo de la actuación pública y con el pretenden encubrir el colosal derrumbe que han ocasionado en todos los órdenes de la vida nacional. Donde no hay salario, por ejemplo, no hay ni presente ni futuro
Evidentemente, están confiados en que todo lo pueden “arreglar” con su torrente de montajes propagandísticos, con esa facilidad, descaro, desfachatez imperturbable, que algún desquicio revela sin duda, con la que los voceros oficialistas se pasan el suitche y alardean de la mayor suma de felicidad posible que le están entregando al pueblo o la que viene en camino.
En ese cometido son cada vez más ofensivos e irrespetuosos con el común de la ciudadanía. Maduro puede decir que a finales de mes la producción petrolera hoy en 700 barriles diarios llegará a finales de mes a un millón y a final de año a tres millones. Cabello dice sin que se le agüe el ojo que la señora Bachelet sólo firmó un informe sobre Derechos Humanos que le redactaron los gringos. El Aissami, hoy buscado por las justicia internacional, declaró “terroristas” a todos los partidos políticos de Venezuela.
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A pesar de los niveles de miseria atroz en que ya han sumido a la población mantienen, a todo evento, la promoción a tambor batiente de lo que han etiquetado como un logro inmarcesible: la inversión social, léase distribución bastante corrupta de algunos bienes y favores, pero que de todas maneras no evitaron que el resultado sea la crisis humanitaria que sacude a Venezuela, donde la real concepción de gobierno no aplica.
Ese es el resultado que siempre se escamotea. Maduro puede decir, como lo ha hecho hace una semana, que tiene garantizados libros y útiles escolares para todos los escolares de Venezuela. Eso, por supuesto, está por verse. Pero si los muchachitos se desmayan del hambre en el salón de clases ese no es su problema. Si sus padres no tienen dinero para pagar el transporte, pues que se arreglen. Y así, si no hay uniformes ni detergentes para lavarlos, si la escuela se está cayendo, no importa. Ahí tienen libros, adoctrinantes para más señas, y un bojotico de útiles.
Borra de escena lo más importante: las escuelas se están quedando sin maestros y sin alumnos. Nadie permanece en un país que la revolución hizo invivible y se niega a las soluciones
A fin de cuentas, a ellos les basta con decirles en idéntico estilo, por cierto, que Diosdado Cabello hacia la Liga de Beisbol Profesional Venezolano, hoy bajo una medida de prohibición de recibir peloteros del beisbol organizado dadas las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno usurpador: Niños y maestros de Venezuela..¡Invéntense una!