Pese a la crisis el Gobierno dice que la pobreza es la más baja en 20 años
Luego de dos años sumido en el silencio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que el indicador disminuyó de 29% a 17% en los últimos veinte años, lo que significa que 34.011 hogares salieron de la pobreza desde 1999
Fotografía: Cortesía Clímax/ElEstímulo
En medio de la peor crisis económica y de servicios públicos en la historia reciente del país, el Gobierno afirma que la pobreza por necesidades básicas insatisfechas cayó en 2018 al nivel más bajo desde la llegada del chavismo al poder. Luego de dos años sumido en el silencio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que este indicador disminuyó de 29% a 17% en los últimos veinte años, lo que significa que 34.011 hogares salieron de la pobreza desde 1999.
El organismo estadístico también asegura que el porcentaje de hogares en pobreza extrema estructural bajó a 4,3% en 2018, mientras que en 1999 era de 9,9%.
El país que muestra el INE no se corresponde con la devastada nación que presentó el Banco Central el 18 de octubre de 2019, cuando reportó que la economía cayó 49,3% entre 2013 y 2018, que Venezuela se mantiene en el severo ciclo hiperinflacionario en el que entró hace dos años, y que el consumo privado cayó 63,03% desde el primer trimestre de 2013.
Ni siquiera factores como el colapso de los servicios públicos, la crisis en el sector educativo y los casi seis años de contracción económica incidieron en el índice de pobreza calculado por el INE. De hecho, el instituto señala que se redujo de 19,6% a 17,3% desde 2013, año cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia y la economía venezolana comenzó a caer.
Las cifras del INE no reflejan ese país depauperado principalmente porque el organismo oculta, por cuarto año consecutivo, el índice de pobreza medido a través del Método del Ingreso, que compara el salario con el costo de la canasta alimentaria y de la cesta básica, dato que tampoco ha actualizado.
La última vez que publicó esas cifras fue hace cuatro años, cuando reveló que entre el segundo semestre de 2012 y el primer semestre de 2015 el número de hogares pobres subió en 950.771, lo que significa que la tasa aumentó de 21,2% a 33,1%. En cuanto a las familias en pobreza extrema el índice pasó de 6% a 9,3% en ese mismo período.
Esta vez el INE solo divulgó los resultados del Método NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas), con el que evalúa cinco variables: inasistencia escolar, hacinamiento crítico, vivienda inadecuada, carencia de servicios básicos y dependencia económica.
“Las cifras que está dando el INE por supuesto que no son de pobreza por ingresos porque quedaríamos muy mal. Tenemos un Estado que encubre los problemas en lugar de reconocerlos para encontrarles una solución entre todos. Estamos lejos de una rectificación. Son cifras de pobreza de un Estado pobre”, expresa la nutricionista Susana Raffalli, especializada en gestión de la seguridad alimentaria, en emergencias humanitarias y riesgo de desastres.
El organismo señala que desde 1999 el porcentaje de niños de 7 a 12 años que no asisten a la escuela disminuyó de 1,70% a 0,64%; el hacinamiento crítico de 14,12% a 5,75%; el indicador de viviendas inadecuadas de 7,82% a 4,15%; y el de alta dependencia económica de 4,57% a 2,23%. Mientras que el porcentaje de viviendas sin servicios básicos aumentó de 8,69% a 10,19%.
Según Raffalli, el hacinamiento de las viviendas bajó 8,37 puntos porque “se fueron de Venezuela aproximadamente seis millones de personas buscando una vida posible en países con estadísticas de pobreza mejores”.
La especialista agrega que “en la última Encuesta de Hogares a partir de la cual se hace la línea de pobreza por necesidades básica insatisfechas bajó mucho el hacinamiento por el montón de personas que se han ido, entonces esto equivale a decir que bajó la inflación y que eso es bueno, cuando en realidad bajó porque la gente consume menos”.
Raffalli sostiene que no hay que conocer las cifras para saber que la afirmación que se está haciendo a partir de ellas es absolutamente inconsistente y no plausible. “No es una información que se pueda sustentar con elementos de la realidad porque si la pobreza estuviera en el mejor momento desde que comenzó la era del chavismo no tendríamos explicación para que, por ejemplo, se hayan ido del país seis millones de personas”.
Contraparte sobre la pobreza
Los datos oficiales tampoco guardan relación con los de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), realizada por investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Simón Bolívar (USB). En 2018, el estudio reveló que la cantidad de hogares pobres en Venezuela subió dos puntos porcentuales y se ubicó en 48%, mientras que 94% de la población venezolana carecía de ingresos suficientes para cubrir los costos de vida.
En Venezuela el sueldo base de 150.000 bolívares ronda los seis dólares. Es el ingreso más bajo de la región, incluso inferior al de Cuba, donde un obrero gana mínimo 16 dólares. Los trabajadores que devengan salario mínimo y los pensionados se encuentran en situación de pobreza extrema, pues perciben menos de 1,25 dólares diarios, umbral establecido por Naciones Unidas para ser considerado como tal.
Los 150.000 bolívares ni siquiera alcanzan para cubrir la cuarta parte de la canasta alimentaria familiar, mucho menos los otros rubros (servicios públicos básicos, vestido y calzado, educación, salud, alquiler de vivienda y artículos de higiene personal y limpieza del hogar) que están incluidos en la cesta básica.
En septiembre una familia de cinco miembros necesitó 6.759.831 bolívares solo para cubrir sus necesidades mínimas de alimentación, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Desde que Venezuela entró en hiperinflación por primera vez en su historia en noviembre de 2017, el venezolano ha perdido su poder adquisitivo a una velocidad vertiginosa, lo que ha generado un empobrecimiento generalizado de la población.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé que el país cierre el año 2019 con una inflación de 200.000%, asegura que la profunda crisis humanitaria y la “implosión económica” continuarán teniendo en Venezuela un “impacto devastador” en la población, principalmente en aquellos cuyos ingresos no alcanzan ni siquiera para cubrir sus necesidades mínimas de alimentación, que son cerca de ocho millones de venezolanos, que dependen directamente del sector público, entre empleados, pensionados y personas que reciben algún tipo de bono.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirma que el acelerado deterioro de la situación económica y social en Venezuela está restringiendo el ejercicio de los derechos económicos y sociales de millones de personas. “La economía atraviesa lo que podría ser el episodio hiperinflacionario más agudo que haya experimentado la región, afectando la capacidad de compra de alimentos básicos, medicamentos y otros bienes esenciales”, dijo al presentar información actualizada sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela el 9 de septiembre en Ginebra, durante el 42° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.
El pasado 6 de noviembre el responsable de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, constató en una visita de tres días al país que millones de venezolanos no tienen acceso al mínimo de alimentos, agua y atención médica. “La situación continúa deteriorándose. Solo una solución política puede detener el sufrimiento en Venezuela”.