Innovación tecnológica: fuerza motriz del dinamismo económico chino, por Víctor Álvarez R.
Twitter: @victoralvarezr
En 1980, cuando comenzaron las reformas del modelo chino, el dinamismo económico se basó en la apertura económica en las zonas especiales de desarrollo, los incentivos a la inversión extranjera y el aumento de una oferta exportable de manufacturas a bajos precios. Para entonces, China era reconocida por copiar productos y procesos de otros países para competir con productos de baja calidad y precios muy bajos en los mercados internacionales.
A lo largo de estos años, China mejoró sus capacidades y competencias productivas y se adaptó a las normas y prácticas de los acuerdos económicos multilaterales. Después de un largo proceso de aprendizaje, China ha llegado a la frontera tecnológica en muchos sectores y ahora se plantea mejorar los productos y procesos que antes copiaba, con base en sus propios avances científicos y tecnológicos.
Actualmente, la nueva fuerza motriz de la dinámica económica china es la innovación tecnológica, la cual está respaldada con suficientes recursos económicos de sus empresas, del sistema de financiamiento público y de su propia banca multilateral. China destina crecientes recursos a financiar la generación de nuevos conocimientos científicos y tecnológicos que impulsan un permanente proceso de innovación de productos y procesos.
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China no solo genera nuevos productos y tecnologías, sino también buena parte de las nuevas normas que regulan la producción. Esto le ha permitido ganarse un lugar destacado en el liderazgo global de los estándares técnicos de la producción. Entre las metas del Plan de Desarrollo de Alta Tecnología China 2025 se destaca ser un referente global en la creación de estándares nacionales para fortalecer la posición de las empresas chinas en los mercados internacionales, y marcar la pauta en los sistemas de estandarización para proteger la salud y la seguridad.
Para aumentar su capacidad de negociación dentro de los regímenes técnicos internacionales, el gigante asiático incrementa su conocimiento sobre organizaciones globales de estándares y hace esfuerzos por estandarizar los criterios para la certificación técnica, sanitaria y fitosanitaria de productos según las normas de la OMC y asumir liderazgo en nuevas áreas y temas de mayor contenido técnico de la gobernanza global.
China también se ha involucrado en el proceso de establecer reglas para nuevas áreas como los océanos, las regiones polares, el ciberespacio, el espacio exterior, la seguridad nuclear, el cambio climático, la economía verde y el desarrollo de tecnologías fotovoltaicas y eólicas.
Las áreas susceptibles de innovación en las cuales China podría ejercer un nuevo liderazgo incluyen iniciativas de carácter técnico dentro de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Internacional de Aviación, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, las normas ISO, la regulación de vehículos eléctricos, el uso de drones, monedas virtuales, big data y el comercio electrónico.
China se ha consolidado como un gran exportador de tecnología. Desde el 2012, la inversión en investigación y desarrollo ha crecido un 70%. El sector de investigación y tecnología está cada vez más avanzado y continúa mejorando, gracias al continuo incremento de la inversión en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB. Ha creado parques de innovación y desarrollo tecnológico avanzado, incubadoras de empresas innovadoras, y avanza en el desarrollo de la inteligencia artificial, la robótica y big data.
En materia de publicaciones científicas, China ha logrado superar a EEUU en el número total de publicaciones científicas, pero EEUU supera a China en artículos de alta citación, lo cual permite medir la calidad de la investigación. En el contexto global, China registra el mayor aumento en el registro de patentes. Aunque la mayoría de las patentes extranjeras otorgadas en EEUU pertenecen a Japón, Corea y Alemania, empresas chinas como Lenovo o Huawei comienzan a destacarse en las patentes registradas simultáneamente en EEUU, Japón y la Unión Europea.
Víctor Álvarez es economista. Investigador/consultor. Premio Nacional de Ciencias.
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