Intolerancia, por Simón Boccanegra
Autor: Simón Boccanegra
Hace unos días tuvo lugar un auto de fe ante las puertas del TSJ. Un grupo de estudiantes de Derecho de la Universidad Católica destruyó allí libros de algunos magistrados de la Sala Constitucional (deben haber sido los de Delgado Ocando y Cabrera, porque Rincón no tiene obra conocida). La información no precisa si les prendieron fuego, pero el siniestro simbolismo es el mismo. Pocos días antes los decanos de las facultades de Derecho de todas las universidades habían entregado a los mismos magistrados un documento contundentemente crítico de las actuaciones de la Sala Constitucional.
¿No podían esos estudiantes de Derecho hacer algo parecido, en lugar de realizar ese acto, que inevitablemente trae a la mente las quemas de libros de la Inquisición, por no hablar de las de los nazis? Alguien dijo por ahí que se comienza quemando libros y se termina quemando a las personas.Ya se sabe que buena parte de la opinión pública del país está ultrajada por los abusos de los tres leguleyos principales de la Sala Constitucional, pero intolerancia no se puede responder con intolerancia porque al final lo que quedan son cabezas partidas.