Isaías presidente del TSJ
Apareció la noticia de que un tal Alexis Peñuela hadeclarado su intención de hacer saber en tribunales haber recibido un pago de Isaías Rodríguez para que inculpara, con un falso testimonio, a uno de los hermanos Guevara como autor material del asesinato de Danilo Anderson. Que esto sea cierto no tendría nada de raro. Isaías es conocido como un fullero, como un tracalero de postín. Lo del «testigo estrella», Geovanny Vásquez, merece el Oscar del cinismo. De Isaías se puede esperar cualquier cosa. Es un caso de degradación moral no muchas veces visto en este país. Ese sujeto fue fiscal de la República y aparte de ser un perro faldero del Presidente, cuyos caprichos y voluntad está dispuesto a cumplir pasando por encima de toda consideración ética y moral, fue un fabricante de lo que en Colombia denominan «falsos positivos», esto es, atribuir a ciudadanos inocentes delitos prefabricados en los laboratorios de las autoridades, en este caso, los de guerra sucia de la Fiscalía. Pero la avilantez, el descaro y la audacia de Isaías no tienen diques. Ahora pretende no sólo ser magistrado del Tribunal Supremo de Justicia sino que promueve su candidatura para presidir la máxima magistratura. Que lo logre, no debería extrañarnos puesto que los encargados de tomar esa decisión son caimanes del mismo pozo. En un país donde una declaración sediciosa, públicamente voceada, como la de Rangel Silva, le vale su promoción a general en jefe, un corrupto, con serio déficit mental, como Isaías Rodríguez, bien podría ser elegido para el TSJ y, además, que sus colegas acaten la orden, que obviamente no podría sino provenir de Chacumbele, de colocarlo al frente del organismo. Tiempo de ratas, este.