Joan Laporta, conocedor de tribunales, ante el «caso Negreira», por Gustavo Franco
Twitter: @GusFrancoH
Las declaraciones de Joan Laporta en los últimos días ya son de romper toda capacidad conciliadora con La Liga, el Real Madrid y, como no, los medios a los que tiene experiencia en enfrentar. Y es que como los asuntos internos de los clubes más grandes de España pueden ser más turbios que la política, hay que saber hilar fino para ser justos con alguien como Laporta, quien ya fue acusado de malgastar los recursos del Fútbol Club Barcelona para que luego un juez lo exonerara completamente; y que además cargara duramente con quienes lo acusaron (sus sucesores en el FC Barcelona, Sandro Rosell y Josep María Bartomeu) por haber intentado atribuirle pérdidas que no estaban en el ejercicio de Laporta y sí en el de sus acusadores.
En el «caso Negreira», se investiga una posible corrupción por unos pagos por siete millones de euros del Barça hechos entre los años 2001 y 2018 al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros entre 1994 y 2018, José María Enríquez Negreira.
Es difícil no ver instantes de favores recibidos por los dos grandes del fútbol español, tanto Real Madrid como Barcelona. En La Liga, el Real Madrid se ha ganado el cántico ¡Así! ¡Así! ¡Así gana el Madrid! cuando una afición de un equipo español siente que el árbitro beneficia al equipo merengue. En Europa también ha habido polémicas que le han beneficiado, con la expulsión de Arturo Vidal en una eliminatoria contra el Bayern de Múnich. El Barça no se queda atrás, con el escándalo arbitral ante el Chelsea en Stamford que lo llevó a la final de la Champions 2008-2009 y el posterior título. También una expulsión a Robin Van Persie cuando el Arsenal tenía todo a favor para eliminar al Barcelona hace que uno piense que los árbitros, a lo mejor, se sienten presionados a favorecer a estos dos equipos.
Esas palabras que Joan Laporta ha dicho sobre la investigación del «caso Negreira» hacen referencia a esta tradición de beneficios arbitrales sobre las que el Barça no tiene monopolio. Es más, el Real Madrid tiene una historia aún más amplia con ella. Es bien conocido que José Plaza, quien fue presidente del Comité Técnico Arbitral (CTA) por 23 años, entre 1967 y 1990, llegó a asegurar que el Barcelona no ganaría una liga mientras él fuese a la cabeza del CTA. Al final fueron dos ligas en 23 años. Todo esto también lo critica Laporta, quien además no entiende que el Madrid se persone en el juicio como acusación particular.
Que se haya dado una circunstancia en la que un equipo pagaba a un árbitro para que, según el propio colegiado, hubiese un «arbitraje neutral» es algo sumamente sospechoso. Que esto haya sido una práctica hasta el 2018, y no una anécdota de la historia lejana, también debe pesar mucho sobre la imagen de La Liga.
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Ahora, que nadie se sorprenda si luego de hacer investigaciones y demás averiguaciones pertinentes, la jueza vuelve a encontrar que Laporta (y el Barça) es inocente de todo crimen. El hecho es que Joan Laporta no es del agrado de muchas personas en España por ser independentista y buscar activamente el proyecto secesionista catalán y que, en entre otras cosas, vea el Barcelona como un vehículo para apoyar esa causa. Y es que es el presidente con más éxitos en la historia del club, cosa que no encaja bien en aquellos tienen otras tendencias políticas.
De cualquier manera, lo que sucede en este momento en el Fútbol Club Barcelona hay que verlo con detalle. ¿Sucedería esto con Josep María Bartomeu? ¿Tendría tantos problemas La Liga y el Barça a la hora de auditar las finanzas del club y registrar fichajes si no estuviera Laporta? Son preguntas que visto el trato que han recibido uno y otro, tras sus muy distintos legados, hay que hacerse.
Gustavo Franco es periodista deportivo. Es editor del portal web Línea de Tres
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