José María De Viana: Lo que pasó en Las Tejerías es como si un volcán hubiese explotado
El ingeniero y expresidente de Hidrocapital expuso que la violencia de la lluvia el sábado pasado trajo consigo grandes volúmenes de rocas, barro y vegetación. Sostuvo que estos fenómenos pueden volver a ocurrir y hay maneras científicas de mitigar
Para el expresidente de Hidrocapital y experto en políticas públicas, José María De Viana, la tragedia de Las Tejerías no tiene que ver con una simple crecida de quebradas, es un fenómeno más complicado.
El pasado sábado 8 de octubre las lluvias que cayeron sobre la población aragüeña provocaron la muerte de una treintena de personas y la desaparición de otras cincuenta, además de cuantiosas pérdidas materiales.
De Viana expuso que las precipitaciones por más de 15 días saturaron la cuenca alta en la zona e hicieron que los suelos se tornaran permeables.
“Y una tormenta el sábado en la noche desestabilizó grandes volúmenes de barro con rocas y vegetación…lo que llega al pueblo no es solo agua, es como si un volcán hubiese explotado, eso ocurre con un periodo de retorno de muchos años, es un fenómeno que en Venezuela ya pasó en El Limón, en Vargas, en Santa Cruz de Mora y en Tovar”, sostuvo el ingeniero
A juicio de De Viana, la constancia de la lluvia en las últimas dos semanas y la fuerza de la tormenta generaron un movimiento de agua, rocas, tierra y vegetación de una violencia inusitada.
“Este fenómeno podría volver a repetirse, no sabemos dónde. Es posible que en Las Tejerías no suceda nuevamente, pero cualquiera de las cuencas que tengan características similares puede tener un destino parecido sí se acumula un evento dinamizador como el del sábado pasado”.
Qué hacer para evitarlo
De Viana indicó que cuando llueve copiosamente, en los países donde hay planificación en torno a los fenómenos atmosféricos se crean alertas tempranas.
“En el caso de las cuencas que están en observación, se colocan guayas subterráneas que cuando comienza el movimiento de barro se rompen y dan una alerta de muy corto plazo. Para estos eventos, la única manera de anticiparse es tener sistemas de registro de lluvias automáticos que se conecten en tiempo real y que pongan en alerta a la población para que haya una evacuación previa”.
Según De Viana, en Japón ocurren 1.000 eventos de estos al año.
“Pero ellos a través de la investigación por medio de obras de mitigación logran combatirlos. Se hacen presas en escalera para que el barro se vaya quedando arriba de las montañas y la violencia disminuya. Con esto han logrado que sus deslaves cobren menos vidas humanas”.