Juan Besson (1881-1951) historiador del Zulia, por Ángel R. Lombardi Boscán
Si hay un autor que ha ejercido una gran influencia en la recomposición y estudio del pasado del Estado Zulia ha sido Juan Besson (1881-1951) y su “Historia del Estado Zulia” en cinco tomos, publicada en el año 1943.
Besson ni siquiera fue historiador profesional como no lo han sido, desde los tiempos de Heródoto y Tucídides, todos quienes se han preocupado por los hechos significativos del pasado sin pasar por los recintos académicos. La historia adquiere rango de ciencia en la Alemania del siglo XIX cuando se formalizan los estudios históricos en un plano profesional y universitario; todo ello bajo la influencia del evolucionismo darwiniano y el prestigio que alcanzan las ciencias naturales o experimentales que tratan de encontrar imitadores en el campo de las ciencias sociales a través del positivismo de Augusto Comte y el materialismo histórico de Carlos Marx. A partir de entonces la historia de la humanidad intentó verse como una evolución social bajo el imperio de unas leyes que procuraban otorgarle sentido al enigma humano.
La fama y el reconocimiento del cuál goza la obra historiográfica de Juan Besson creo que hay que atribuírselo a dos razones básicas:
1.Ha sido el primero en sistematizar los recuerdos de la región zuliana a través de un tono reivindicador que pretende saldar una deuda pendiente respecto a una historia dominante elaborada desde el centro del país y que ha sido mezquina en reconocer los hechos provinciales y regionales. Si bien su obra es rica en presentar hechos y situaciones que merecen ser conocidos; hay una evidente carencia en el cuidado de la crítica histórica. Besson es un historiador tradicional y convencional para los cánones de hoy; su mayor énfasis está puesto en la presentación de personajes e instituciones tomando el documento oficial como principal soporte aunque como dato curioso, no señale su procedencia. De igual forma hay una evidente preocupación en éste autor por demostrar su acendrado patriotismo y fervor republicano haciendo énfasis en la superación del “oprobioso” tiempo colonial.
2. Besson termina por exaltar de una forma desmesurada los hechos históricos zulianos por muy poco relevantes que estos sean. El Zulia y Maracaibo son convertidos, por la imaginación y deseo de éste historiador, en la “Atenas de Venezuela” durante el siglo XIX; y obviamente esto ha sido reconocido y respaldado por las élites gobernantes locales necesitadas de una conexión con un pasado ilustre luego que se inició la república.
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“En la exposición de su comercio está la verdadera clave de su historia. Analizándolo bien, veremos cómo es de allí de donde surge el espíritu independiente, altamente cívico, de sus hijos; así como también su cultura, su soberanía, su prestancia. Y por todo ello será poderosa, como lo fueron Brujas y Gante, cuando, por el prestigio de su comercio, llegaron a figurar como las más notables ciudades de Europa”. BESSON, J.: Historia del Zulia, Maracaibo, 1943, T.I. pág. 306.
Recordemos que Maracaibo se mantuvo realista hasta el año 1820 y que sus autoridades y élites se pasaron a los republicanos por mero pragmatismo. Esto evidentemente ha representado un costo para el gentilicio zuliano, desplazado de las principales decisiones y beneficios tomados por los caudillos de turno, que sucesivamente se han instalado en Caracas y dirigido al país en detrimento de las provincias periféricas a la capital.
Así que Besson y su obra se convirtieron en la referencia oficial para el estudio del pasado zuliano hasta el arribo de los aportes que desde la Universidad del Zulia y su Centro de Estudios Históricos (1979) empiezan a ofrecer en la década de los ochenta del recién concluido siglo XX hasta el presente
Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ