Juego limpio, por Teodoro Petkoff
Dos años. Se dice fácil. Pero en el día a día no lo han sido. Sin embargo, hemos contado con un punto de apoyo formidable: usted, amigo o amiga, que está terminando de leer este párrafo. TalCual ha logrado instalarse en la conciencia de un segmento de la sociedad venezolana que con infatigable lealtad ha hecho de este vespertino una referencia político-editorial insoslayable en los turbulentos tiempos que corren. Sin embargo, no es una lealtad acrítica. Internet permite un diálogo constante con lectores que nos estimulan pero que también nos reclaman, que nos expresan acuerdo pero también desacuerdo. Incluso quienes nos recuerdan el vientre de nuestra progenitora o nos lanzan amenazas –más bien platónicas-, se revelan como fieles y asiduos lectores. Para todos, nuestra gratitud.
Hemos tratado de hacer un periodismo comprometido pero no sectario. Ácido y no pocas veces mordaz en la crítica, pero intentando mantener una ecuanimidad nada fácil en estos «idus de marzo» permanentes en que se nos ha transformado la vida venezolana. Hacemos periodismo desde la perspectiva de quienes habiendo luchado por cambios profundos en la vida republicana, vemos con pesar cómo la promesa de aquéllos va naufragando en un mar de improvisación, incompetencia, corrupción, autoritarismo y sectarismo. No abdicamos, empero, de la necesidad de comprender la honda aspiración de justicia que mueve a la todavía considerable fuerza popular del chavismo y ello explica la relativa indulgencia con que en ocasiones acogemos las muchas veces torpes y contradictorias tentativas del Presidente por salir al encuentro de aquel afán. Por lo mismo, jugamos limpio. Creemos haber contribuido (desde tiempos en que muchos de los feroces críticos de hoy acompañaban a Chávez y otros estaban sumidos en la catalepsia que les provocó el triunfo de éste) a desmitificar y a desmontar los trucos de esta falsa revolución, pero jamás lo hemos hecho acudiendo a los expedientes de la manipulación o de la fabricación de espantapájaros, en que se complace una cierta oposición, para asustar ingenuos y llevarlos a batallas con molinos de viento. Hemos asumido, como dato de la realidad, el tenso ambiente de contradicciones en que nos desenvolvemos hoy los venezolanos. TalCual no es ajeno a tal atmósfera; por eso, seguramente, de más de una contradicción hemos sido expresión, pero creemos estar haciendo un periodismo honrado y transparente. Hacemos frente a nuestros errores con humildad, con la convicción de que lo cortés no quita lo valiente. Hacemos periodismo de combate y en esa trinchera permaneceremos.