Juegos de guerra, por Simón Boccanegra

El otro día el diputado Néstor León Heredia, presidente de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, y militar retirado, dio una rueda de prensa para describir, en estado de éxtasis, la “guerra de guerrillas” que el oficialismo tiene preparada para cortar las patas insolentes del invasor que mancille el sagrado suelo de la patria. Seguramente bajo la influencia del Delirio en Fuerte Tiuna, cuando Chávez anunció las 800 “punto 50” en el Avila, León Heredia se dedicó a fantasear cómo, después que el “invasor” hubiera barrido a la FAN (cosa curiosa, en todos los juegos de guerra de los profetas armados, esta no aguanta un soplido del enemigo), las “reservas” y la “guardia territorial” se encargarían del asunto, para hostigar al “enemigo” durante los próximos cien años, “corra la sangre que corra” y “muera quien muera”. Es impresionante cómo estos paranoicos juegan irresponsablemente con la idea de la muerte y la destrucción. Es un llamado al sacrificio enteramente abstracto, lo cual hace aún más siniestra esta retórica, que, desde otro lado, suena ridícula y hasta risible. Pero es imposible no pensar que detrás de ella hay toda una cultura de la muerte, un regodeo en la tragedia y el sufrimiento… pero de los otros.