Teniente vinculado a operación Gedeón denuncia abuso sexual y torturas dentro de la Dgcim
La abogada Ana Leonor Acosta denunció que otros jueces y fiscales les han dicho que estos testimonios de torturas “no forman parte del proceso” de juicio de la operación Gedeón
Las denuncias de torturas siguen sin encontrar asidero en el juicio que se sigue contra los presuntos involucrados en la operación Gedeón, como se denominó al intento de incursión en territorio venezolano para deponer la administración de Nicolás Maduro.
En la última audiencia de juicio por ese caso, hecha el 11 de noviembre, dos de los detenidos denunciaron las torturas de las cuales fueron víctimas por parte de funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
*Lea también: Operación Gedeón: torturadores como testigos y amenazas contra familiares
Uno de los testimonios fue el del primer teniente (r) Richard Alemán, quien dijo -según el relato que hace la abogada Ana Leonor Acosta- que la torturas son tales que “pierdes la sensibilidad de la vida. Uno solo quiere morir”.
Hoy en la Audiencia de Juicio del caso Gedeon, escuchamos testimonios desgarradores sobre las torturas que sufrieron 2 de los detenidos por parte de funcionarios del #DGCIM
Richard Alemán, dijo la torturas son tales que “pierdes las sensibilidad de la vida. Uno solo quiere morir”— Ana Leonor Acosta (@AnaLeonorAcosta) November 12, 2021
Alemán relató ante la jueza Hennit Carolina López que fue detenido el 24 de abril de 2020, y no en mayo como alegan los funcionarios de la Dgcim que participaron en su captura. Se encontraba en un hotel junto a otros compañeros cuando entraron a su habitación, lo golpearon y le taparon la cara con una carpeta y cintas adhesivas.
Al ser trasladado a Boleíta, la sede principal de la Dgcim al este de Caracas, recibió una patada en la nariz que le ha ocasionado problemas respiratorios. Ha pedido atención médica para atender este padecimiento y se le ha negado.
El militar retirado detalló que fue torturado durante 19 días seguidos. “Me aplicaron asfixia mecánica con bolsas. Se montaban encima de mí, me dio un paro respiratorio. El 27 de abril fui a parar al hospital militar, donde con un procedimiento médico me revivieron. Ese mismo día a las 3 am me dieron de alta”.
Cuando fue devuelto a la Dgcim prosiguieron las torturas: “Otra vez me entraron a golpes, me desnudaron, me bañaron con agua fría. Y no se que me pasó porque no soy médico, pero me sacaron torcido para el servicio médico, me colocaron mantas calientes. Me tiraron en el piso durante 19 días Con las manos esposadas en la espalda. Ese era el mejor trato que podíamos tener. Todavía tengo las marcas de las esposas en mis muñecas desde esos días. Todos los días eran de torturas incesantes. Un mayor de la Dgcim no golpeaba todos los días y nos grababa”.
El teniente Alemán además denunció que fue abusado sexualmente con un objeto por un mayor de la Dgcim, lo que le ocasionó nuevos problemas de salud. Fue presionado para declararse culpable y algunos de sus familiares fueron perseguidos y detenidos como parte del hostigamiento.
«lo más horrendo. Este mayor torturador, introdujo un palo de madera en mi ano y me sacó las hemorroides. Esta es una de las cosas más horribles que viví, y he pedido que me atiendan porque aun tengo las hemorroides afuera y sufro de eso. #Hilo
— Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia (@Coalicion_ddhh) November 12, 2021
Sus familiares fueron trasladados de forma arbitraria hasta el estado Falcón, donde fueron nuevamente detenidos para vincularlos a otro proceso legal. “Todo esto sucedió desde el 20 de abril. Si yo no hubiese estado desaparecido desde el 20 de abril, mi papá no se hubiese sentado el 25 de abril en la sala de la casa con mi mamá a pedir una fe de vida. Nos han ido amenazando y torturando incesantemente”, relató el militar retirado.
«Tenía que declarar con mi familia secuestrada. No se donde estarán esos videos. Tuve que decir que era culpable.
Pasé ese proceso de los videos de las torturas, pasamos meses. Después que me presentaron, me llevaron a un sitio de terror llamado El tigrito.#Hilo— Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia (@Coalicion_ddhh) November 12, 2021
Alemán califica la sede de la Dgcim como «un lugar de horror, un sitio de tenebroso, terrorífico», al tiempo que denunció las condiciones de detención, donde no se les permiten llamadas, ver el sol, deben permanecer parados en un espacio de 2×2 totalmente cerrado y se les niega un sitio para hacer sus evacuaciones.
«detención. Me regalaron, porque así me dijeron, me regalaron 3 minutos, y no pod+ia decir que me habían torturado, tenía que decir que estaba bien, que mejor imposible. Las llamadas eran grabadas.
Cómo hace uno, con una persona que lo tiene torturado, amenazado… #Hilo
— Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia (@Coalicion_ddhh) November 12, 2021
Además señaló que en la audiencia de presentación, el juez anterior le dijo a sus familiares que solo debía declararse culpable al igual que el resto de los detenidos para ser pasados a juicio «y ahí los liberarán algún día».
«Cuando nos presentaron en el Sebin, el juez llamó a mis hermanas y a mi papá y les dijo, yo tengo la solución para este problema. No se compliquen, mandenle un mensaje a Richard Alemán, que se declare culpable y bueno, todos los demás que están detenidos…#Hilo
— Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia (@Coalicion_ddhh) November 12, 2021
También denunció que defensores públicos le solicitaron dinero a sus padres, pese a que la representación asignada por el Estado es gratuita. Richard Alemán insistió en que todavía es víctima de torturas, al igual que sus familiares.
Alemán dijo frente a la juez, que una defensora pública hizo que sus padres vendieran objetos de valor para que le dieran dinero a ella.
«Esa defensora que le quitó dinero a mis papás, dijo que yo seguiría preso porque era una orden presidencial»…#Hilo
— Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia (@Coalicion_ddhh) November 12, 2021
Luego de esto mi padre murió. Murió de tristeza al ver a sus hijos presos. Gracias a Dios mis hermanas tienen una medida y pueden acompañar a mi mamá. Pero tenemos miedo de que por esta declaración sean detenidas. Tenemos esperanza»…
— Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia (@Coalicion_ddhh) November 12, 2021
Jueza desestima torturas
La jueza Hennit Carolina López, comentó la abogada Acosta, al final de los testimonios solicitó que sus intervenciones “tengan que ver con lo que se está discutiendo en el proceso, no con otras cosas”. En otra audiencia de juicio, la actitud de la jueza fue similar al enfrentarse a denuncias de torturas.
Ana Leonor Acosta señaló que otros jueces y fiscales les han dicho que estos testimonios “no forman parte del proceso”, pero recordó que a pesar de que no sean los delitos discutidos en el juicio, la Ley Especial para Prevenir y Sancionar la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, establece que cualquier funcionario que “tengan conocimiento que se ha producido uno de los delitos previstos en esta ley, deberá notificar a la Defensoría del Pueblo, en un lapso no mayor a 48 horas”.
Los funcionarios que incumplan en esto, pueden ser sancionados con multas entre las 50 y 250 unidades tributarias, trabajo comunitario o la destitución del cargo (art. 24).
Incluso, el artículo 19 de la Ley dicta que cualquier funcionario público que colabore de cualquier forma o encubra los delitos de tortura o tratos crueles puede ser sancionado con penas similares entre los 13 y 25 años de prisión.
Por esa detención ellos fueron sometidos a tortura, insistió la abogada Acosta. “Nos parece increíble que no digan nada. Ayer, uno de los imputados que relató sus torturas dijo que él ya había denunciado esto delante del fiscal y nada pasa”.
Las torturas y tratos crueles, incluido el abuso y violencia sexual contra civiles y militares detenidos por razones políticas ha sido documentada en diversos informes de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, la OEA y la Misión de Determinación de Hechos, quienes han coincidido que se tratan de prácticas recurrentes, especialmente cometidos por organismos de inteligencia y contrainteligencia en Venezuela.
Así también se detalla en el especial La república que tortura, hecho por TalCual, donde se evidencia que estos delitos, al igual que los tratos crueles, inhumanos y degradantes son poco investigados y sancionados por el Estado venezolano.