Kreisel: Gobierno acabó con 32 años de trayectoria
Autor: Ahiana Figueroa
Ha pasado un poco más de dos meses desde que la Superintendencia Nacional de Precios Justos (Sundde) allanó, decomisó y confiscó las instalaciones de la Distribuidora Kreisel de Venezuela C.A., y durante todo este tiempo, los trabajadores han estado a la deriva sin conocer cuál será su nueva relación laboral.
Los empleados han realizado varias protestas para denunciar que desde hace dos meses no han cobrado sus salarios, al punto de que ni en diciembre pudieron disfrutar de sus correspondientes utilidades y bono navideño.
Hasta la fecha no han recibido respuesta satisfactoria, eso a pesar de que el Gobierno se quedó con 3.821.000 juguetes que la Guardia Nacional y funcionarios de la Sundde encontraron en un galpón propiedad de la empresa.
Alrededor de 64 trabajadores tienen sus cuentas bancarias congeladas desde la intervención de la compañía el pasado nueve de diciembre de 2016 y, hasta la segunda semana de enero no habían podido ingresar a la empresa.
Han intentado exponer su situación hasta el Ministerio del Trabajo, pero de acuerdo a los trabajadores no han escuchado su difícil situación. Exhortaron además a la Defensoría del Pueblo a ocuparse del caso. Tampoco han tenido suerte.
«Prácticamente nos robaron. Nos robaron nuestros salarios y nuestras reivindicaciones y nuestra estabilidad laboral.
Tengo casi nueve años en la empresa y ahora de qué vive mi familia», dijo Nelson Salavarría, vendedor de Kreisel, quien junto a otros trabajadores acudió el pasado 30 de enero a la sede de la Sundde, ubicada en El Bosque.
Señalaron que entre los empleados se encuentran personas con hasta 29 años de labor en Kreisel de Venezuela, muchos de ellos adultos mayores que pasan los 61 años de edad.
«Hay personas que no han podido ir a las protestas porque no tienen ni para pagar el pasaje, mucho menos para comer», señaló Antonio Lima, vendedor.
Mientras declaraban, sus compañeros portaban pancartas con frases que denotan su delicada situación: «Sundde en dos días acabaste con 32 años de trayectoria de Kreisel y dejaste desempleados a 52 trabajadores», «Maduro y William Contreras 61 días sin cobrar», «Gobierno nos arrebató nuestra estabilidad laboral, tranquilidad psicológica y familiar de todos los trabajadores» y «Gracias a la Sundde y William Contreras somos los esqueletos jugueteros de Kreisel que no tenemos dinero para comprar comida».
Además de sus salarios, los trabajadores de la juguetera no han cobrado dos meses de cesta ticket, dos meses de guardería y dos meses de prestaciones sociales.
Entregaron por tercera vez en la Sundde un documento en el cual exponen sus planteamientos y peticiones, entre ellas la realización de un encuentro con la junta interventora para conocer detalles del proceso y razón sobre sus prestaciones sociales, así como del descongelamiento de sus cuentas bancarias.
María Isabel Da Silva, empleada de la juguetera, indicó que todos los días firman «los que pueden trasladarse» una lista para dejar constancia de la asistencia a la empresa.
«Tenemos miedo de que si no vamos, nos decreten abandono del trabajo».
Por si fuera poco, los trabajadores de Kreisel también denunciaron que han sido amedentrados por varios funcionarios desde que la empresa fue intervenida en diciembre.
Afirman que han sido amenazados para evitar que lleven a cabo las acciones de protestas para exigir sus derechos laborales.
EL COMIENZO DE LA ODISEA
El jueves 8 de diciembre de 2016 la Sundde realizó una inspección a la sede principal de la empresa, ubicada en Boleíta Norte, y luego de varias fiscalizaciones, según informó el superintendente de precios justos, William Contreras, se detectó una serie de irregularidades relacionadas con acaparamiento.
Según el funcionario, en estas instalaciones tenían almacenados más de 587.000 juguetes, a pesar de que habían manifestado contar solo con 38.000 unidades para la venta.
Al día siguiente, los gerentes de Venta y de Contabilidad de la Distribuidora Kreisel, Giuseppe Sasson Pinto (67) y Osiri Benedette Mendoza Abatecola (41) fueron aprehendidos por funcionarios de la policía política Sebin.
De acuerdo con la información oficial, las distribuidoras con las que negociaban pertenecían a los mismos importadores, por lo que se presume la triangulación de empresas por parte de los accionistas para elevar los costos de la mercancía.
La Fiscalía General de la República imputó por la presunta comisión de los delitos de acaparamiento y especulación, tipificados en la Ley Orgánica de Precios Justos, a los gerentes detenidos, los cuales permanecen recluidos en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, en El Helicoide (Caracas).
También se acordó medidas de prohibición de enajenar y gravar bienes, así como el bloqueo de sus cuentas bancarias.
El Ministerio Público solicitó además que los accionistas Avi Kreisel (60), originario de Rumania y Rebeca Vaisberg de Kreisel (56) sean incorporados a la base de datos con alerta roja de la Policía Internacional (Interpol).
Contreras afirmó que Kreisel recibió un total de 30 millones de dólares a tasa preferencial para la adquisición de los bienes en un período de cinco años y, que las ganancias por las ventas superan en algunos casos hasta 25.000%. La empresa contaba con más de 300 clientes. «Estos son unos sicarios económicos (…) Ellos no tienen un negocio juguetero, hicieron un negocio cambiario».
A raíz de estas actuaciones, la Sundde decidió intervenir toda la empresa y quedarse con los más de 3 millones de juguetes depositados en los distintos galpones de Kreisel, los cuales fueron entregados a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) para su «justa distribución».
Pero como toda mercancía que no es adquirida con recursos propios, también en este caso hubo incentivos para el desvío de los productos. El pasado 31 de diciembre, se conoció de la detención de dos mujeres acusadas de vender en Facebook, una buena cantidad de juguetes de Kreisel decomisados por la Sundde.
LA PALABRA DE WILLIAM CONTRERAS
El pasado 17 de enero, los trabajadores realizaron también una concentración, esa vez, en la sede de Kreisel ubicada en Boleíta Norte, en Caracas. En esa oportunidad, varias horas después, se acercó el presidente de la Sundde para escuchar sus planteamientos.
Durante el encuentro, el superintendente de ese organismo, William Contreras, aseguró que atendería sus inquietudes laborales, pero pasados ya más de 20 días aún no hay respuesta satisfactoria. Habrá que esperar si la nueva comunicación entregada esta semana, traerá sus frutos.
Los trabajadores de Kreisel afirmaron que se mantendrán en la calle protestando hasta que les resuelvan su situación laboral y salarial. Prevén acudir igualmente a la sede del Ministerio del Trabajo.
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