La aventura, el riesgo, la audacia. Palabras de Vargas Llosa sobre Teodoro Petkoff
Esta reseña recoge parte de las palabras expresadas por Mario Vargas Llosa al entregar el premio Ortega y Gasset a Teodoro Petkoff, en mayo de 2015
“El periodismo es una aventura y, a menudo, una aventura peligrosa para los que aman y defienden la libertad”. Nadie mejor que Teodoro Petkoff encarna el espíritu de estas palabras pronunciadas este miércoles por el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Un oficio que implica también aventura, riesgo y audacia, cualidades reconocidas, según el escritor peruano, a lo largo de la historia de los Premios Ortega y Gasset, y que adquieren una especial relevancia en sociedades en las que los sistemas de censura, más o menos explícitos o disimulados, impiden el libre ejercicio de esta profesión. “Teodoro está dando una durísima batalla en una dictadura que va cerrando espacios de libertad”, dijo Vargas Llosa en su discurso en la ceremonia de entrega de los galardones que concede EL PAÍS.
El autor de El héroe discreto repasó la extraordinaria trayectoria de Petkoff, hijo de búlgaro y polaca, que fue comunista, guerrillero y hombre de acción. “El caso de Teodoro es muy parecido al de Malraux y Orwell. Aunque no sea un creador, es un hombre de pensamiento y acción que ha sido capaz de mostrar distancia con la acción que él mismo protagonizó. Se hizo comunista, como tantos jóvenes que pensaron que el comunismo era el instrumento para salir del subdesarrollo, la injusticia y las desigualdades. Y se hizo luego guerrillero para seguir la gesta de los barbudos como Fidel Castro”, evocó Vargas Llosa, que elogió la grandeza de Petkoff, un hombre que supo distanciarse de ese pasado y también del MAS, (Movimiento al Socialismo) que el mismo fundó, cuando este partido apoyó al comandante Hugo Chávez en la primera elección como presidente, “cuando este caudillo parecía a ojos de muchos venezolanos que era el hombre que les iba salvar de la corrupción, el caos, el desorden y la violencia”.
Petkoff ha demostrado grandeza y lucidez al abandonar la rigidez dogmática de una izquierda totalitaria y rechazar el “caudillismo” de Chávez, siguió Vargas Llosa. “Se empeñó en señalar que no era un movimiento popular y progresista, sino que venía de una vieja tradición del caudillismo populista, militarista y demagógico, de trágicas consecuencias en la historia de Latinoamérica, algo que muy pocos vieron al comienzo del chavismo”. El premio reconoce también a esos millones de venezolanos que “ahora sí se enfrentan al chavismo a pesar del acoso terrible y la arbitrariedad, con atropellos cotidianos, cárceles, torturas y asesinatos”.