La brecha de investigadores en América Latina, por Marino J. González R.
El desempeño de los países de América Latina para alcanzar la diversificación productiva ha sido bastante limitado. Como en muchas áreas del desarrollo, existen notables diferencias entre los países de la región. Sólo cinco (México, Costa Rica, Uruguay, República Dominicana, y El Salvador) tenían en 2021 (último año disponible) valores positivos del Índice de Complejidad Económica (ICE), según el Atlas de Complejidad Económica de la Universidad de Harvard. Esto significa que en el resto de los países (15) la diversificación productiva sigue siendo muy lejana.
Para alcanzar la diversificación productiva se requieren más y mejores empresas. Y para que esas empresas tengan alto desempeño se necesitan personas con más y mejores competencias, especialmente aquellas que permitan crear o adaptar nuevos conocimientos. Esas personas se forman en períodos largos para trabajar en empresas, universidades, centros de investigación. Es decir, se requieren más y mejores investigadores.
Se podría pensar en dos vías alternativas para contar con más investigadores que potencien la diversificación productiva. La primera vía es crear las condiciones para que las empresas amplíen sus capacidades de producción, y de esta manera tendrán que acudir a contratar esos investigadores (sea en el país o en el exterior). La otra vía es fortalecer a las universidades para que formen más y mejores investigadores (sea en programas nacionales o que acudan para entrenamiento en el exterior). Lo más práctico y efectivo es hacer las dos cosas. Pero hacerlas bien.
Conviene entonces examinar la disponibilidad de investigadores en América Latina (por millón de habitantes). El gráfico muestra la información más reciente obtenida del Banco Mundial.
Debe resaltarse, en primer lugar, que los datos sólo están disponibles para siete países de la región. Al comparar con los países que tenían los mayores valores del ICE en 2021 (en color verde) se observan las enormes diferencias. Por ejemplo, el número de investigadores por millón de habitantes en Corea del Sur es siete veces mayor que en Argentina (país con el mayor número de la región con datos disponibles).
Si se compara Corea del Sur con México (país con el mayor ICE de América Latina) el número de investigadores por millón de habitantes es 25 veces mayor en Corea del Sur. Si se compara con Guatemala es 600 veces mayor.
Esto significa, en la práctica, que las posibilidades de diversificación productiva en los países de América Latina, pasa por reformas profundas en las prácticas para estimular la creación de empresas y la formación de investigadores. Ambas tareas sólo son posibles en largos períodos de tiempo, y con acuerdos políticos sostenibles. Estos dos últimos aspectos son de gran dificultad para la mayoría de los países de la región. Pero definitivamente ineludibles si de verdad se quiere lograr la diversificación productiva.
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Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL). [email protected]
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