La cabeza como adorno, por Simón Boccanegra
Hablando de disparates, la facilidad conque la gente del gobierno se mete en peos es realmente de summa cum laude. Lo que hizo el jefe de seguridad de Pdvsa, prestando las instalaciones de la empresa para un acto político del MVR es buena muestra de ello. Hay que tener el cerebro de una garrapata para creer que tal cosa iba a pasar por debajo de la mesa. El país está demasiado levantisco como para meterle ese chuzo. Ya el vaso estaba lleno con otros abusos y la «videoconferencia» fue la gota que lo desbordó. ¿Por qué Pérez Issa, el militar retirado que funge como jefe de seguridad, actúa así? Porque al igual que muchos otros de sus colegas «revolucionarios», militares y civiles, cree que el país le pertenece. Que ellos no son servidores públicos sino amos y señores. De allí ese desdén por las formalidades, por eso el irrespeto al derecho ajeno. Seguro que si a Pérez Issa algún otro partido venezolano le hubiera pedido instalaciones de la empresa para un acto, habría puesto el grito en el cielo. Con razón, por supuesto. Pero como fue el MVR le pareció normal. Bueno, ahí tiene la respuesta. Ya no le queda más que salir del cargo.