La cayapa contra Manuel Rosales, por Teodoro Petkoff
En Miami confiesan el guiso del edificio del Citibank –por el cual, por lo demás, está imputado Tobías Nóbrega, así que no es cuento–; describen los cantores con lujo de detalles cómo hicieron 100 millones de dólares en una noche con el guiso de los bonos argentinos; dan cuenta minuciosa de los millones de dólares que han repartido entre gobernadores, ministros y otros jerarcas del Ministerio de Finanzas, se escuchan arias, serenatas, boleros, y aquí nadie oye nada, nadie se da por enterado.
A la fiscal Ortega Díaz lo que le preocupa es la «extensión» del juicio. «¿Qué dirían en Venezuela si aquí hubiera un juicio tan largo?», se pregunta Luisa. ¿Qué dirían, Luisa, en cualquier lugar del mundo por el interminable juicio a Forero, Vivas, Simonovis y los ocho policías? ¿Y el de Anderson, Luisa? Eso lo llaman nombrar la soga en la casa del ahorcado.
Pero esta justicia ciega, sorda, muda y abyectamente arrodillada ante Yo-El-Supremo, ahora sí se moverá como un pluma para complacer al jefe con lo de Manuel Rosales. Por lo pronto ya salió Di Martino, en una colgada de acróbata, a presentar una «denuncia» truculenta sobre unas supuestas fincas del gobernador del Zulia. Ya la Asamblea Nacional, cuándo no, aprobó abrir una «investigación» a Rosales.
No hay duda de que el TSJ y la Fiscalía se van a mover velozmente para fabricar las evidencias que supuestamente acusarían a Rosales. Así lo ordenó Yo-El-Supremo, así se hará. Esto se cuenta y no se cree. Un gobierno que ha hecho historia en materia de corrupción; en el cual ha habido funcionarios que se han llevado hasta los clavos de las puertas de sus oficinas; un gobierno que se puede jactar de haber creado toda una nueva capa de la burguesía, la «bolivariana»; un gobierno que no ha hecho más presos que los del guiso del central azucarero de Sabaneta y eso porque la denuncia provino de uno de sus propios periodistas; ahora se propone hacer «justicia» metiendo preso… a un gobernador de oposición. Se necesitan bolas.
Deja un comentario