La Conversa | Periodismo venezolano más vivo y coleando que nunca y con la mano de amigos

En la edición número 50 del programa semanal de la Alianza Rebelde Investiga, Carlos Eduardo Huertas de Connectas (Colombia) y Milagros Salazar de Convoca (Perú) coincidieron en que la práctica de la profesión en Venezuela es un ejemplo para el resto de la región. Resaltaron la importancia de tender puentes estratégicos en materia creativa y financiera para desarrollar investigaciones como las galardonadas con el Premio Rey de España: Operación Retuit y Dorada Opacidad
Como el personaje de Sylvester Stallone en la película Rocky que resiste los embates de una avalancha de golpes en un ring de boxeo y luego se levanta para evitar el knock out, el periodismo venezolano sigue sorteando la constante censura y persecución a sus profesionales en procura de defender el derecho a la información y denunciar la corrupción y las violaciones a los derechos humanos.
Esta máxima permitió que el ejercicio de la profesión en Venezuela fuese galardonado con el Premio Rey de España 2025 por la iniciativa Operación Retuit de la alianza Venezuela Vota y La Hora de Venezuela en colaboración con la plataforma Connectas de Colombia y también por la investigación Dorada Opacidad en articulación con Convoca de Perú.
El periodismo venezolano está vivo y se potencia con alianzas fue el título de la edición 50 de La Conversa, el programa semanal de la Alianza Rebelde Investiga (ARI) conformada por Runrunes, TalCual y El Pitazo.
El espacio de este 22 de abril fue conducido por Ronna Rísquez, directora de ARI; Luis Blanco, director de Runrunes y Víctor Amaya, director de TalCual, contó con la participación de Carlos Eduardo Huertas, director de Connectas y Milagros Salazar, directora y fundadora de Convoca.
A juicio de Salazar, el periodismo venezolano siempre ha buscado tender puentes con otros países para saltar la censura y compartir su metodología.
“Los periodistas de Venezuela regularmente consiguen el empuje para seguir haciendo su trabajo, una labor que desarrollan con rigurosidad y perseverancia”.
Para Huertas existen dos variables principales que permiten al periodismo venezolano continuar de pie y apoyarse en alianzas con medios de otras naciones.
“La generosidad, quedan al lado los egos, el periodista venezolano está resteado y dispuesto a sudar la camiseta hablando en términos futbolísticos y la recursividad, siempre hay una disposición a resolver los problemas, establecer una discusión abierta en un ambiente propositivo”.
A juicio de Huertas, el periodismo en Venezuela ha tenido dos momentos cruciales; la cobertura del golpe de Estado en 2002 y las elecciones del pasado 28 de julio de 2024.
El periodista indicó que a consecuencia de esta última fecha surgió Operación Retuit, una iniciativa de colaboración donde se vieron involucrados 235 profesionales de la comunicación, produjeron más de 500 piezas, participaron 14 medios y hubo una difusión en 18 países.
“Fue un ejercicio especial que dejó una marca a nivel profesional porque fue prácticamente una cobertura en caliente. Había un ánimo particular en torno al proceso electoral y eso generó una vibra entre todos los involucrados, teníamos que evaluar diariamente los hechos y el factor seguridad para los periodistas”.
Salazar aseveró que para Dorada Opacidad fue fundamental convocar a periodistas con experiencia en el tema.
“Había que estar claro de la complejidad de un tema como la ruta del lavado de oro, el proceso de extracción y el impacto ambiental. Se cuidaron los enfoques en todas las etapas con periodistas y editores de Colombia, Perú, Brasil, Ecuador y Venezuela durante 11 meses de trabajo”.
Alternativas para seguir
Para Blanco, este reconocimiento proveniente de Europa al periodismo colaborativo llega en momentos de extrema fragilidad para la profesión.
“Esto lo que se hace es honrar al periodismo venezolano, que a mi juicio goza de buena salud en términos de calidad y abordaje de la noticia”, dijo Huertas.
Salazar manifestó que en otras naciones de la región admiran el ejercicio de la profesión en Venezuela.
“Realmente la celebramos, somos mucho de aprender de esa resiliencia y perseverancia”.
Según Amaya existe una línea compartida entre el poder y el periodismo de cada uno seguir haciendo su trabajo.
Salazar denunció la reciente aprobación de una normativa gubernamental en Perú para censurar a los medios de comunicación y periodistas.
“Según esto, Convoca hubiese tenido que pedir permiso para publicar Dorada Opacidad, se está censurando antes de inclusive sacar al aire, pretenden convertir a los periodistas en enemigos, siguiendo estos parámetros, investigaciones como las de Lava Jato y Panamá Papers no se hubiesen llevado a cabo”.
Rísquez apuntó que la censura no es exclusiva de un gobierno y colocó como ejemplo la reciente renuncia del productor del programa “60 minutos” de la cadena CBS en el marco de una batalla legal contra el espacio televisivo propiciada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
“Al periodismo norteamericano lo veo desconectado de lo que está pasando en su país, debería volver a sus raíces en términos de valentía y buen humor como pasa de este lado del continente, donde hay una mística en el oficio, donde sabes que desde quien hace un reel para Instagram hasta el que es responsable de una profunda investigación, están bajo amenaza. Es el momento de voltear la mirada al trabajo de periodistas de Cuba y Nicaragua, a los poderosos por supuesto no les interesa que se urge en los asuntos públicos”, expresó Huertas.
Para Salazar otro aspecto desafiante es el financiamiento a las investigaciones periodísticas y el bloqueo de recursos internacionales.
“En este contexto desafiante es necesario buscar alternativas,
seguir tejiendo redes de solidaridad y colaboración. Gracias a alianzas como con el Pulitzer Center pudimos acceder a varias bases de datos para Dorada Opacidad”.
Huerta aseguró que el periodismo colaborativo se basa en sumar fortalezas.
“Hay que aplicar la teoría de la sharing economy o economía colaborativa, activar nuevas narrativas y generar mayor impacto en las historias”.
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*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.