“La crisis”, por Reinaldo J. Aguilera R.
Twitter: @raguilera68 | @AnalisisPE
La “Revolución Bonita, Bolivariana y Socialista” definitivamente ha logrado acabar con la capacidad de asombro de propios y extraños, aun tratando de ocultar el desastre que se vive a diario, teniendo el control mediático de los medios radio eléctricos, es tan grande el fracaso en políticas públicas que ya se nota a distancia que perdieron la más mínima vergüenza.
En la Venezuela que fue de progreso, se observa cómo ha ido progresivamente aumentando la pobreza, quizás muchos lo duden, claro está, con un aparato propagandístico diciendo por todas partes que no es así, el fenómeno pasó inadvertido hasta que la crisis nos alcanzó a todos o mejor dicho a casi todos.
El plan desde los tiempos de Hugo Chávez y en éste momento con Maduro, apunta a irnos trasladando con paso firme, a un estado casi de miseria generalizada, lo que está afectando a la población en general y que ha venido sumiendo al país en un atraso realmente inmenso, el desastre es a todos los niveles y la ineptitud del Gobierno Central conjuntamente con los Regionales y Municipales es de marca mayor; con la emergencia sanitaria a causa del Coronavirus, se hace más que evidente.
Ahora bien, observando todo ese panorama, sabiendo muchos de nosotros que durante los ya casi 22 años transcurridos en Venezuela, desde la implementación del terrible modelo “Socialista Revolucionario del Siglo XXI”, se manejaron los ingresos más cuantiosos en la historia de nuestro país, nos preguntamos: ¿Qué fue lo que pasó?, ¿Por qué estamos así? y la respuesta es exactamente eso que usted está respondiendo, créame también lo pensamos la gran mayoría de los que estamos padeciendo las consecuencias de la pésima administración de los asuntos públicos, por parte del mal gobierno oficialista del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus colaboradores, incluyendo a muchos de la llamada oposición, aunque usted no lo crea.
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La realidad es que teniendo durante mucho tiempo excedente de ingresos provenientes del petróleo para aquel momento y por orden de Chávez elaborando varias veces dos (2) presupuestos anuales, de los conocidos al menos, uno formal y el otro para proyectar y exportar el modelo y la “Revolución Bonita”, la administración del fallecido presidente conjuntamente con quienes lo acompañaron, entre los que se cuenta el actual mandatario nacional, hicieron cualquier clase de experimentos con la economía y los resultados del cataclismo están a la vista, ya no de los venezolanos, sino del mundo entero, que tiene la mirada puesta en nosotros y en la inmensa crisis existe.
El hecho noticioso es tan grave, que el llamado éxodo obligado de aproximadamente 8 millones de venezolanos según la agencia para los refugiados de Naciones Unidas Acnur lo certifica.
Con todo esto en primer plano, no podemos dejar de mencionar el feroz ataque a todo lo que fue el aparato productivo nacional y a todos aquellos que de alguna manera colaboraban con su aporte para que el país fuera hacia adelante y no hacia atrás como ahora, hoy en día ese ataque continúa, el más reciente lo constituye el despojo de las estaciones de gasolina a miles de personas que durante años han trabajado desde el amanecer hasta el anochecer para mantener un negocio funcionando.
No hay que olvidar, la implementación absurda y mal intencionada, de políticas dirigidas a la destrucción de la clase media técnica y profesional, cerrando las puertas a las nuevas generaciones, obligándolas a buscar en otro país las oportunidades que les fueron negadas en el suyo.
En definitiva, sobran los ejemplos para ilustrar como muchos se han beneficiado de las facilidades y descontroles del actual mal gobierno, para hacerse millonarios de la noche a la mañana y formar parte de la élite de los nuevos ricos, no dejemos de lado, el hecho que desde 2013 existe una crisis económica en Venezuela, como consecuencia de la caída de los precios del petróleo, las expropiaciones y las restricciones del control de cambio de la moneda, la corrupción, entre otros y hasta de eso se han beneficiado los zamuros rojos.
Mientras eso sucedía, muchos venezolanos se han ido convertido en nuevos pobres, luego de haber dedicado su vida a invertir en el país, creándose así prácticamente dos (2) clases sociales, los de arriba y los de abajo, el 87 % de los hogares venezolanos está en la pobreza y 8,1 % millones de los habitantes comen dos o menos comidas al día, según la última Encuesta sobre Condiciones de Vida, (Encovi).
Según el prestigioso diario estadounidense The New York Times: “el colapso de Zimbabue con Robert Mugabe, la caída de la Unión Soviética, la constante y desastrosa crisis de Cuba en la década de los noventa, no son comparables con el desplome de la economía de Venezuela, que ha superado todos esos desastres, Venezuela experimenta el mayor colapso económico sucedido en un país sin guerra en al menos 45 años, según los economistas.
“Cuesta pensar en una tragedia humana de esta magnitud que no sea producto de una guerra civil”, comentó Kenneth Rogoff, profesor de economía de la Universidad de Harvard que fue el economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), “Este puede ser el ejemplo más sobresaliente de políticas desastrosas en décadas”.
Así nos ven desde afuera, a muchos incluso a quienes hemos dejado hasta lo más valioso como lo es la libertad y estabilidad en nuestro país, lo que nos da es tristeza y vergüenza que, a 22 años del inicio del desastre Chavista, éste aún sobreviva y no termine de acabar.
Los organismos internacionales OEA, ONU y otros, desnudan y demuestran cómo el régimen de Nicolás Maduro se va quedando aislado, ya ni sus aliados lo defienden, esa es una verdad tan grande como una catedral.
Sin embargo, aunque miles o quizás millones piensen que lo ideal es una invasión militar, lo correcto es aspirar siempre a un proceso supervisado, no hay otra salida más cierta y menos dolorosa o traumática que unas elecciones generales libres, con plenas garantías y en las que participen todos, sin tracalerías y en las cuales se respeten los resultados finales, ese es el deseo también de un amplio sector demócrata del país, ojalá se hagan realidad en algún momento, eso hará que volvamos a ser un país más o menos normal nuevamente, así de simple y sencillo.