La demagogia sale, por Simón Boccanegra

La demagogia sale, al igual que la trampa. Los infelices a los que se engañó haciéndoles creer que la «revolución» les estaba resolviendo el problema de los «techos de cartón» al tolerar la invasión de edificios vacíos o abandonados, han sido bruscamente tumbados de la nube donde los habían montado. La «ofensiva revolucionaria» que hizo de Yasmín Manuitt y Lina Ron, con la complicidad de Freddy Bernal, verdaderos robinhoods de la pobrecía urbana, tropezó súbitamente con la muy burguesa «propiedad privada». Ganó ésta. Los invasores descubrieron que elección mata revolución. No habían sido más que carne de cañón. Peones desechables de un cruel juego de poder entre bandas mafiosas, en los bajos fondos del «proceso», que cuando se tornó incómodo para las exigencias electorales de éste, los sacrificó implacablemente. Ayer fueron a Miraflores. Todavía creen que «el buen» Chávez los defenderá frente al malvado Bernal. Como siempre, los censaron, con la promesa de una vivienda de las que construye el gobierno. Pronto vendrá el desengaño. El gobierno construye tan poquito que no alcanza. Esos «invasores» frente a Miraflores también descubrirán que Chávez no tiene tiempo para ellos. Estaba en San Cristóbal, en otro show demagógico y tramposo de su campaña electoral. Elección mata revolución, comandante Manuitt.