«La democracia está en juego»: el miedo a Trump marca la elección presidencial de EEUU
De cara a las elecciones pautadas para noviembre en Estados Unidos el país norteamericano debate sobre las consecuencias del posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Académicos, activistas y trabajadores muestran sus preocupaciones sobre el impacto en el sistema democrático mismo, aunque algunas voces confían en que las instituciones servirán de límites
«Democracy is on the ballot». La frase habitualmente forma parte de los discursos de los políticos del partido Demócrata en Estados Unidos. La democracia está en juego. Se refieren, por supuesto, a lo que enfrentaría su país si Donald Trump vuelve a acceder al poder.
El candidato del partido Republicano, que espera lograr la nominación formal en julio, aspira un segundo mandato en la Casa Blanca, luego de haber perdido la reelección en 2020 frente al actual presidente Joe Biden, que también competirá de nuevo por el partido Demócrata. Una reedición cuatro años después del enfrentamiento que, en aquel momento, también se planteó como la necesidad de encarrilar de nuevo la democracia estadounidense, golpeada por cuatro años de MAGA en Washington.
El 5 de enero de 2024, Biden dijo la frase «democracy is on the ballot» -en la víspera del aniversario de la insurrección del 6 de enero de 2021- para advertir la importancia de los comicios del próximo mes de noviembre. «Seguirá siendo la causa central» de su campaña, decía entonces.
Pero también en otros sectores crece tal preocupación. La universidad Trinity Washington también afirma que la democracia está en juego en EEUU, y ha iniciado un proyecto educativo para informar a su comunidad sobre «cómo garantizar la vitalidad continua de la visión de Lincoln», que establece que «el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo no desaparezca de la tierra», como lo explicó la presidenta de la institución, Patricia A. McGuire.
También los sindicatos han asumido esa lucha. La Massachusetts Teachers Association, un sindicato de educadores en ese estado, emitió un llamado a sus miembros a asumir que «la democracia está en las papeletas, como dicen los expertos y el presidente» porque «nunca en nuestras vidas hemos visto un ataque tan abierto a las instituciones de la democracia».
En Wisconsin, el fiscal de Madison, Lester Pines, dijo que en las elecciones de noviembre hay mucho en juego, especialmente en ese territorio considerado uno de los «swing states» que ayudan a definir la carrera presidencial.
Maureen O’Connor, juez estadounidense que presidió el Tribunal Supremo de Ohio de 2011 a 2022, cree que Donald Trump ha logrado «secuestrar» al partido Republicano pero también ha implantado una política en su país que ha trascendido a esa tolda: «hay demócratas que se han pasado para votar por él, ahora como independientes».
La abogada, una republicana registrada -en Ohio los jueces son electos en sus cargos con respaldo partidista-, espera no obstante que Trumo logre una votación menor que la de 2016 que lo llegó a ganar la contienda. «He sido muy crítica de Trump desde al menos 2020, incluso antes, por su actitud hacia el Poder Judicial. Trump quiere tener un poder supremo, gobernar este país como si fuera una dictadura», agrega en entrevista con TalCual.
O’Connor defiende que en Estados Unidos están vigentes tres ramas del poder público, con igual incidencia en la forma de gobernar. «Pero él no cree en eso. No quiere asumir eso y comprender el panorama amplio de la democracia en EEUU, y eso es lo más aterrador de Donald Trump».
La confianza en las instituciones
David Damore, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Nevada, cree que la diferencia fundamental está en que en 2016 Donald Trump no esperaba ganar, «no estaban tan organizados, no tenían un plan para lo que iban a hacer, así que simplemente estaban lanzando ideas a ver cuál podía funcionar o sonaban bien. Ahora estarán mucho más comprometidos y tienen gente que realmente puede llevar a cabo los planteamientos que han anunciado».
El académico cree que esta vez Trump no se rodearía por «gente del stablishment» al constituir gobierno, vista su experiencia anterior, sino que optaría por figuras más comprometidas con su misma visión de país. «Lo bueno de Estados Unidos es nuestro sistema federal. Por eso es realmente difícil para el presidente imponer unilateralmente algo. Creo que en 2020 Trump pensó que había un botón que el gobierno federal podía presionar el botón para interferir en las elecciones, pero aquí es un proceso en cada condado y es realmente difícil de corromper», comenta a TalCual.
En todo caso, Damore advierte que una presidencia de Trump tampoco podría avanzar en todos sus planes, no solo por el sistema de separación de poderes sino por el propio tamaño del Estado y sus instituciones. «Donde creo que se vería un impacto es en el Departamento de Justicia», apunta.
Maureen O’Connor está convencida que en 2024 Trump es más peligroso que antes. «Él no tiene respeto por el Poder Judicial, por eso espero que esta sea solo una conversación teórica».
La juez, la primera mujer en ocupar tal presidencia y la funcionaria electa de mayor trayectoria en la historia de ese estado, aspira que si Trump pierde las elecciones pase a ser una figura irrelevante, aunque advierte que dentro del partido Republicano pudieran quedar sus rémoras. «Creo que eliminar el gerrymandering -la redistribución de circuitos electorales para favorecer a partidos mayoritarios- en Ohio, por ejemplo, servirá para ver el regreso de políticos con un papel republicano más tradicional, alejados de los extremos que hemos visto».
Patrick Barnacle, quien compitió por una nominación demócrata al congreso estatal de Ohio, recuerda que la «fallida insurrección» de Trump en el Capitolio en 2021 «no llegó tan lejos como él quisiera, y no anticipo que tengamos otra insurrección de ese tipo. Afortunadamente, muchos insurrectos se encuentran ahora tras las rejas. Por eso es tan importante proteger las instituciones de la democracia», señala a TalCual.
Barnacle recuerda que incluso jueces nombrados por el ahora de nuevo candidato republicano «han enviado a la cárcel» a quienes participaron de aquellos eventos. «De modo que tenemos un Poder Judicial en gran medida independiente, uno de los pilares de la democracia en el que podemos confiar».
En esa misma postura se suma Eric Young, barbero y propietario de Lovely Cuts en Las Vegas, Nevada. «No me preocupa que se repita algo como ese 6 de enero porque creo que Estados Unidos tiene leyes y normas en vigor para evitar que eso pase de nuevo. En aquel momento pasó solo porque él (Trump) quería mantenerse en el poder y trató de hacerlo, pero falló miserablemente».
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Más allá de los despachos
La democacia no es solo un tema institucional, sino también de cómo vive una sociedad y se relaciona con ella misma. De allí que ciertos temores vayan más allá de los planteados por los políticose incluyen preocupaciones grupales, como temas de racismo y de xenofobia.
Andrea Masnata, directora de comunicaciones de la organización de inmigrantes Make The Road Nevada, dice saber lo que estar «bajo un mandato de Trump». Ella, que tiene dos años en el país como residente, recuerda que su familia en Estados Unidos vivían con mucho miedo, «y la comunidad migrante vivió un caos. No queremos caos y division en nuestro país, queremos unidad, que es lo que necesitamos», dice a TalCual.
«Nuestra comunidad siempre se ha visto muy lastimada por este señor. Nos ha acusado y ha generalizado que somos terroristas, matones, violadores, montones de cosas. Por eso tenemos que salir a pelear para que no vuelva a ganar», argumenta María Bedolla, inmigrante mexicana e integrante de Las Vegas Culinary Union, el sindicato de trabajadores de los casinos en la ciudad.
En el caso de la comunidad afroamericana, los mensajes de exclusión racial levantan cejas, aunque Eric Young, barbero en Las Vegas, dice no temerle a «los supremacistas» ni a Trump. Dice que las personas negras han construido ese país, pasado por guerras, esclavitus y discriminación, «y yo vengo a trabajar todos los días en mi negocio, haciendo mi vida. Esos asuntos no me impactan si yo no entro al ruedo» de la discusión.
En conversación con TalCual desde su local en el condado Clark de Nevada, dice que entiende los temores de las personas «pero Estados Unidos es un país diverso. Las opiniones van a ser diferentes en todas partes, y eso es lo bueno, la diversidad. Ya ellos fallaron, el pequeño grupo de personas que piensa así. La gente normal solo quiere tener una vida tranquila».
¿Por qué votan por Trump?
Adentrarse en las expectativas electorales de los estadounidenses es notar la importancia que tienen los temas económicos, las discusiones sobre la educación pública y los aspectos de seguridad personal y familiar. Todas las demás discusiones son secundarias, incluyendo las de índole conceptual sobre el resguardo de la democracia.
«En este país la gente el mensaje que se entiende más fácil es el que tiene que ver con su cheque de pago, salarios, empleos y cómo poner comida en la mesa», dice Danny Thompson, integrante del sindicato Laborers Local 872 de Las Vegas y excongresista estatal. En ese terreno, es donde parte del mensaje de Trump consigue ser escuchado. La idea de que la economía ha empeorado y puede volver a estar como en 2018 o 2019, antes de la pandemia.
Patrick Barnacle, en Ohio, dice que los votantes republicanos ven que los acuerdos entre gobiernos «se llevó trabajos de EEUU a otros países, por ejemplo. Y hay otros asuntos, como el costo de la educación. En Ohio hay menos oportunidades para quienes no han ido a una universidad, y como no pueden pagarla muchas familias de clase media han sido dejadas atrás, castigadas. Ohio no tiene un gran porcentaje de graduados universitarios, así que no pueden aspirar a esos trabajos mejor pagados, y es muy duro. El electorado que vota por Trump escuchan sus promesas de que los trabajos sean locales, y es atractivo. Todo ello a pesar de que en su primer gobierno no hubo un boom económico».
Cómo ven los electores su democracia
El 19 de marzo hubo primarias en Ohio, donde los votantes republicanos y demócratas pudieron ratificar su apoyo a los candidatos presidenciales, que ya prácticamente corrían solos. También hubo elección de candidaturas para cargos estatales y locales. TalCual acudió a centros electorales en Columbus, Ohio, y consultó a electores sobre cómo perciben el estado de su sistema democrático.
«Estoy aquí votando. Creo 100% en nuestro sistema y creo que todo el mundo debería votar. Nuestra democracia solo estará en peligro si la elección (en noviembre) se inclina hacia uno de los lados», dijo una electora.
Otra persona afirmó que el proceso democrático estadounidense «no es el mejor, podría mejorar», e hizo referencia a que algunos estados tienen buena protección al voto y otros no. «Estoy esperanzada por la democracia, aunque no tanto como antes».
Una tercera electora dijo que valora su democracia porque «hay sitios para votar por toda la ciudad, con personas acudiendo, eso es saludable. No creo que ningún sistema político es perfecto, incluyendo el nuestro«.
*Este reportaje ha sido posible gracias al programa de visitas del Centro de Prensa Extranjera del Departamento de Estado de EEUU