A la depresión sí se le puede ganar la partida
La depresión, una enfermedad mental que puede afectar a todo el mundo y de la forma más intempestiva posible, es capaz de socavar los cimientos de cualquiera. Sin embargo, las personas que la padecen pueden -y deben- buscar ayuda para poder superar la enfermedad y darse cuenta de que el apoyarse en los seres queridos es un remedio bastante efectivo
Autor: Ronald Uribe
El reciente caso de la desaparición física del periodista Alejandro Cañizales, quien al parecer sufría una fuerte depresión, trajo al tapete lo importante de tratar a tiempo esta enfermedad mental que, en muchos casos, no es detectada a tiempo ni por los pacientes ni por las personas a su alrededor, y que puede tener desenlaces inesperados nada alentadores.
Como se explicará más adelante, las causas de este flagelo pueden tener diversos orígenes, aunque a veces, la misma puede tener una «generación espontánea» y no se puede asociar a una causa específica.
La situación que se vive en Venezuela es uno de los factores que incide de forma directa en el ánimo de los venezolanos pues, de acuerdo al motivador y periodista Eduardo Rodríguez Gioliti “este es un país en donde despertarse es un acto de reafirmación bien enfocado, porque este es un país en donde uno suele despertarse en medio de rumores y de temores”.
Según cifras emitidas por la Organización Mundial de la Salud en 2017, al menos 322 millones de personas en el mundo sufren de este trastorno mental, y Venezuela registró de esa cantidad un 4,4%. Es decir, más de 1,3 millones de casos.
Enemigo silencioso
La coordinadora del servicio de Ayuda Psicológica de la Federación de Psicólogos de Venezuela, Gisela Galeno Marino, explica que la depresión es un trastorno del ánimo que puede tener sus orígenes tanto por causas emocionales como orgánicas, esta última relacionada a factores hereditarios, alteraciones de orden bioquímico y patologías como el hipotiroidismo.
“Si lo vemos desde lo emocional, la depresión es un trastorno que se va gestando a lo largo tiempo debido a la sucesión de pérdidas que la persona ha tenido en la vida y cada vez que tenemos pérdidas, obviamente nos vamos a conectar con la tristeza, que es el estado emocional que corresponde con cualquier tipo de pérdidas: material, afectiva, etc.”, apunta.
En ese sentido, el médico homeópata y psicoterapeuta Ricardo Itriago, especifica que “todos los seres humanos tenemos elementos depresivos (…) es un estado interno, psicológico y mental muy importante. Que uno lo desarrolle más que otros es otra cosa, pero la misma puede generarse por cualquier motivo: la pérdida de un ser querido, la vejez, una separación o la pérdida de un empleo”.
Sin embargo, aclara que la depresión no es lo mismo que estar triste pues tiene “ciertas características” que la hace diferenciarse. En primer lugar, describe que es crónica y “hay un proceso en donde el ser humano no quiere expresar sino más bien interiorizar, porque es un estado individual y poderoso”.
Galeno Marino detalla que, de acuerdo a cómo hemos sido criados en Venezuela, muchas veces la tristeza y otros estadios emocionales son reprimidos. No atenderlos de forma adecuada con ayuda profesional puede ir generando “una acumulación de ciclos no resueltos”, que a la postre tendrá impacto “no solo en la emoción, sino a nivel psíquico y por lo tanto afecta la conducta de la persona”. Los hombres -afirma- podrían verse más afectados por este trastorno mental que las mujeres.
“La base de la depresión es un estado de tristeza prolongado en el tiempo, que no se da de un día para otro. Una depresión se puede gestar durante años con varios episodios, pero que puede empeorar porque la gente no se atiende o no logra darse cuenta que ese estado emocional le afecta en su vida”, indica.
Identificar la depresión
De acuerdo al Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos en un informe publicado en 2009, los síntomas que ayudan a identificar si una persona tiene o no depresión son los siguientes:
- Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío
- Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo
- Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia
- Irritabilidad, inquietud
- Pérdida de interés en las actividades que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales
- Fatiga y falta de energía
- Dificultad para concentrarse, recordar detalles y para tomar decisiones
- Insomnio, despertar muy temprano o dormir demasiado
- Comer excesivamente o perder el apetito
- Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
- Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento
Abrir paso a la caballería
El atender a las personas que padecen de depresión es fundamental para evitar que su estado pase a niveles crónicos e incluso, que el afectado tome la fatídica decisión de quitarse la vida.
Uno de las recomendaciones que ofrece el motivador Eduardo Rodríguez Giolitti es “ser sensible”, ya que al potenciar esta característica es posible atender a los pequeños detalles, e incluso poder ser empático con la persona que padece de depresión.
Asevera que otra de las formas que puede ayudar es “describir a esa persona sus propias capacidades, fortalezas (…) que esa misma persona puede describir en sí misma (…) que se explore a sí misma y que se le pueda indicar un camino. Convencerle que vale la pena recorrer el camino en Venezuela y ayudarle a que logre su objetivo hasta donde sea posible”.
En este punto coincide la psicóloga Gisela Galeno, quien recalca que es fundamental invitar al deprimido a desahogarse “sin ser invasivos ni cuestionadores”, sino buscando la forma de reflejarle los cambios que el afectado está viviendo para que así pueda tomar conciencia de que necesita ayuda profesional.
“Quien vive una depresión se siente incomprendido, porque lo que tiene es difícil de describir y no es que quiera estar así, es que simplemente no tienen la energía, ni la fuerza ni la capacidad temporal de ver opciones de solución (…) Quién va a ayudar no puede ofrecer una ayuda descalificadora”, recalca.
También indica que desde la Federación de Psicólogos de Venezuela hay una línea “confidencial y anónima” de asistencia que ofrece servicios de asistencia psicológica los viernes de 8:00 AM a 5:00 PM. Es atendida por profesionales calificados a través del 0212.416-31.36 y 0212.416.31.18
“La idea es tener con quién compartir esa carga, ser escuchado, recibir orientación y enlazar a las personas con recursos de ayuda, ya sean otros centros de salud u otros profesionales”, dice.
Además, recomienda que las redes personales puedan ser apoyo para el afectado, ya sea en casa, trabajo o con los amigos.
Medicina alternativa
Otro de los recursos de los que puede tener a mano una persona que padezca de depresión es el tratamiento homeopático, herramienta que es defendida por el terapeuta Ricardo Itriago, quien alerta que el tratamiento es específico para cada caso porque “se incurre en el gravísimo error de recetar antidepresivos para todo el mundo y no se individualiza el problema de la persona. Cada uno tiene unas características específicas que deben ser tratadas”.
En ese sentido, indica que al ser humano desde pequeño “no se le inculca la necesidad de creer en sí mismo, de apreciarse a sí mismo sino creer en el maestro, la mamá, el papá”, por lo que a su juicio, la estimulación de la creatividad puede ayudar a que la persona que padezca de depresión pueda salir de ese estado, ya que le permite recuperar su individualidad y dejar de complacer al colectivo.
Además, sugiere que el cocinar puede ser una manera efectiva de expresar sus sentimientos porque “no hay cosa más distinta y transformadora como una cocina”.
Otras recomendaciones que brinda el Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos son:
- Practicar actividades o ejercicios físicos.
- Participar de actividades religiosas, sociales o de otro tipo.
- Asígnese metas realistas.
- Dividir las tareas grandes en pequeñas, hacer lo que pueda cuando pueda.
- Pasar tiempo con otras personas y elegir un amigo(a) o familiar de confianza como confidente. No aislarse.
- Esperar que su ánimo mejore poco a poco y no de inmediato.
- Aplazar las decisiones importantes como contraer matrimonio, divorciarse o cambiar de empleo, hasta que sentirse mejor.