La dictadura está madurando, por Xabier Coscojuela
Sus acciones para salir de la crisis económica son todas fallidas. Los venezolanos lo comprueban día a día. Los precios siguen subiendo, los productos siguen faltando y la producción y la productividad siguen cayendo. No pegan una
Autor: Xabier Coscojuela
El miedo recorre el cuerpo de la alta dirigencia chavista. Desde el presidente Nicolás Maduro, pasando por la «Primera Combatiente», siguiendo sin parar por el brillante jurisconsulto Pedro Carreño y terminando en Héctor Rodríguez. Ninguno se quiere contar. Después de tener años pregonando la construcción de una democracia participativa y protagónica ahora no quieren la participación popular y pretenden ejercer el protagonismo de manera exclusiva.
«Creo que el CNE es el que tiene que organizar las elecciones, pero en el PSUV no estamos pendientes de elecciones regionales o referendos, estamos dedicados a buscar alternativas para resolver el problema económico». Palabras más, palabras menos, esta fue la respuesta que dio el diputado y jefe de la fracción parlamentaria del partido de gobierno Héctor Rodríguez a Vladimir Villegas cuando el periodista le preguntó si compartía la excusa puesta a rodar primero por Pedro Carreño, y después por el propio presidente Nicolás Maduro, de que no se podía hacer elecciones mientras existiera una crisis económica.
Pretende engañar no sabemos a quién con eso de que el CNE es el que decide, cuando es evidente que quienes dirigen el ente electoral acatan, disciplinadamente, las órdenes que emanan de Miraflores. Lo vemos en el caso del referendo revocatorio, al que colocan todas las trabas posibles, y también en las elecciones regionales que por mandato constitucional se deben hacer este año, pero de las que han pasado por encima olímpicamente.
En cuanto a que se ocupan de la economía, realmente sería mejor que se dedicaran a otra cosa. Tal vez a indagar sobre las causas del relámpago del Catatumbo.
Sus acciones para salir de la crisis económica son todas fallidas. Los venezolanos lo comprueban día a día. Los precios siguen subiendo, los productos siguen faltando y la producción y la productividad siguen cayendo. No pegan una.
Son, sin ninguna duda, los únicos responsables de este desastre. Quieren endilgarle culpas a la MUD y a la Asamblea Nacional por un supuesto saboteo, pero la realidad es que la entente opositora y el Parlamento han hecho propuestas concretas para salir de la grave situación que se vive y todas han sido rechazadas por los chavistas. Alegan que ellos no van a aplicar medidas «neoliberales» pero no tienen ningún problema en que los venezolanos tengan que sobrevivir a una inflación de tres dígitos y subiendo.
Mientras tanto, siguen saboteando la salida política.
Nada que implique consultar al soberano. Al contrario, se burlan de la decisión tomada por el pueblo el 6 de diciembre de darle la mayoría a los sectores democráticos en la Asamblea Nacional y anulan todas sus decisiones, asaltan alcaldías en Aragua, Monagas y Trujillo, desconociendo la decisión de los vecinos de esos municipios.
Al paso que vamos tampoco habrá elecciones presidenciales, pues estamos seguros que la economía no va a mejorar mientras Maduro esté en Miraflores. El trecho hacia la dictadura es cada día más corto.
Siempre tuvimos claro que el ADN democrático de la inmensa mayoría de los dirigentes chavistas es inexistente. Unos porque vienen de los cuarteles y allí se ordena y se acata.
Otros porque su quimera a emular es la revolución cubana donde la democracia no existe. Pero la inmensa mayoría de los venezolanos quiere vivir en democracia y también una importante mayoría quiere salir ya del hoy presidente.
No hay otra manera de impedir que Maduro se convierta en otro sátrapa caribeño, en un dictadorzuelo más, que la movilización de la gente. Hay que convertir la jornada de recolección de firmas en una manifestación multitudinaria en defensa de la democracia y de que las diferencias políticas se deben resolver según lo establecido en la Constitución. Hay que aumentar el costo político a los autócratas potenciando la protesta social.
Creemos necesario, hoy más que nunca, preservar la unidad de los sectores democráticos y ampliar su conformación con todas las corrientes y personalidades que se opongan a cualquier tipo de gobierno autoritario.
Maduro y su cogollo deben ser aislados. Su salida de la Presidencia, sin dudas, será el inicio de la reconstrucción del país.
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