La enfermedad del poder, por Simón Boccanegra
Temir Porras es un pequeño burócrata, que comenzó trabajando en Miraflores, al lado del capo, y ahora tiene una chambita en uno de los ministerios de la economía. Consultado por una periodista norteamericana sobre el caso RCTV, respondió: “Claro que hay motivaciones políticas, y yo apoyo eso. Venevisión y Televen, por razones económicas, dándose cuenta de que Chávez permanecería en el poder por largo tiempo, reacomodaron su línea después del golpe. RCTV y Globovisión no lo hicieron. Olvidaron que su existencia depende de Chávez. Estoy seguro que cuando expire la concesión de Globovisión, Chávez no la renovará –podemos decir eso desde ahora mismo. A menos que, por supuesto, traten de moderar su tono, lo cual los haría lucir más bien ridículos. Esencialmente, aquellos que colaboren con el gobierno serán dejados en paz –lo mismo se puede decir de medios de comunicación así como de terratenientes u otros actores”. Este minicronista le solicita al embajador de Brasil hacer llegar este texto al PT, para ver si eso les ayuda a entender por donde van los tiros en este país. Pero, de otro lado, el poder realmente enferma a las almas débiles. Que alguien pueda hablar con tanta arrogancia y prepotencia da buena cuenta de hasta dónde puede llegar los espíritus resentidos y mediocres apenas les dan una ñinguita de poder.