La falsa lucha anticorrupción de Tarek William Saab
El fiscal de facto Tarek William Saab cada cierto día da el parte de sus investigaciones sobre lo que ha venido ocurriendo en Petróleos de Venezuela. Nosotros no le damos mucho crédito a la seriedad de dichas pesquisas, pues Saab lo que realmente hace es acatar las órdenes que le dan en Miraflores y persigue a quienes se salgan de la línea que traza el cogollo chavista conformado por Nicolás Maduro, Cilia Flores –con agenda propia–, el capitán Cabello, Tareck El Aissami y Jorge Rodríguez.
Cualquier funcionario puede robar con impunidad mientras no discrepe de ninguno de los anteriores. Y quienes más tiemblan son quienes formaron parte de los grupos de poder de los caídos en desgracia, como el de quien fue «el zar» Rafael Ramírez. Eso explica que el fiscal de facto no haya movido un dedo para investigar los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht en Venezuela, que parece llegaron a las alturas más elevadas.
Tampoco hace nada sobre los negocios que se han movido alrededor de la importación de comida. Los colegas del portal Armando.info han hecho una muy seria y continuada investigación sobre el tema, pero el fiscal de facto no se da por enterado, pues dichos negociados también apuntan a lo más granado del cogollo rojo. No olvidemos que Alex Saab, el gran importador, ha sido señalado como socio del propio jefe de Estado.
Es por ello que dudamos de sus investigaciones sobre Pdvsa, aunque estamos seguros que en esa empresa hubo y hay corrupción. No olvidamos que a un primo de Rafael Ramírez, Diego Salazar, le fue muy bien en sus relaciones con la petrolera, que eran conocidas por todos en el cogollo rojo y que fueron permitidas mientras todos eran amigos.
Tampoco el fiscal de facto hace ningún intento por ponerle coto al contrabando de gasolina, entre un sin fin de productos, que se hace por todas las fronteras del país, que son custodiadas por integrantes de la Fuerza Armada Nacional. Eso explica su «prudencia».
La corrupción es un fenómeno al que hay que ponerle coto, que afecta la vida de todos los venezolanos, para ello es necesario una aplicación honesta de la justicia, no su utilización para dirimir diferencias políticas y partidistas. Nos tememos que lo que realmente hace el fiscal de facto es corromper la lucha contra la corrupción.