La Fosforito ministra, por Simón Boccanegra
En el pasado, cuando el país tenía un problema grave, el Congreso estudiaba una ley, la aprobaba y creía que con eso se encontraba la solución. Como las carencias y males no han hecho sino incrementarse, ya la ley no es la solución, ahora se crea un ministerio y suponen que el asunto se resolverá. Si hay escasez de alimentos, creamos un ministerio de la alimentación; si hacen falta casas en Caracas, creamos una autoridad encarnada por Farruco para entrarle a la materia. Lo mismo ocurre con las cárceles. Lo que allí ocurre no es nuevo. No es un mal que comenzó con la «revolución», pero no ha hecho sino empeorar. En el pasado, los presos se mataban con chuzos, fabricados por ellos mismos y que después de una requisa de la Guardia Nacional, volvían a manos de los reclusos. El «progreso» de la «revolución» hace que ahora utilicen armas de fuego, de las más modernas que hay en el país. ¿Cómo las consiguen?… es fácil imaginarlo. Ahora el remedio que se pretende emplear, como en los anteriores casos, es la creación de un ministerio, colocando al mando a una de las diputadas más emblemáticas de la ortodoxia chavista. Iris Varela es de las duras, sus intervenciones en la Asamblea Nacional fueron de las que le echaban gasolina a la candela. No es casualidad que el propio Chacumbele la haya bautizado como la «Comandante Fosforito». Hasta ahora no sabemos qué o a quiénes comandó. A juzgar por los resultados electorales del Táchira, su tropa no ha hecho sino disminuir.
Esperemos que en su nueva responsabilidad tenga éxito, el país lo necesita. Veremos qué tan dura es a la hora de enfrentar las mafias que viven del drama carcelario. Cómo va a poner en su sitio a los integrantes de la Guardia Nacional que tienen que ver con las prisiones. ¿Lograremos un sistema penitenciario moderno, humano y justo? Veremos qué tanta «candela» produce ese «Fosforito».
