La generación que viene es increíble, por Carlos Bracho
Autor: Carlos Bracho | @elcarlosbracho | @carlosbracho
Hablar en este artículo sobre los problemas que enfrenta Venezuela sería obligarlo a usted a que en este tiempo de lectura se sumerja en lo que ya todos sabemos, inflación, inseguridad, crisis humanitaria, escasez, etc.
En esta oportunidad quiero hablarle sobre esa generación pujante que está atrapada en este desastre social, que incluso se ve limitada por el acontecer nacional y que está viviendo una infancia/juventud realmente atípica, al menos para la historia del acontecer venezolano.
Hoy quiero hablarle de esos chamos entre 10 y 17 años (por citar un rango de edad) que están en el colegio, que tienen limitada su infancia/juventud y que están viviendo todo esto como protagonistas.
Para plantear mi idea quiero contarles algo que me pasó hace unos días, salí del trabajo de una extensa reunión y le di la “cola” a una amiga a su casa, en el camino como es de esperarse solo conversamos de la crisis actual y de su pronta ida del país, ella es internacionalista y se va a Buenos Aires, Argentina.
Al llegar a su conjunto residencial me pide que la ayude con un bolso y algunas cosas un poco pesadas que cargaba, con gusto me estacioné y la ayude a bajar sus “macundales”, para mi sorpresa mientras ella sube parte de sus cosas se acercan un grupo de niños (entre 12 y 15 años), empiezan a conversar conmigo sin ningún tipo de pena o filtro, me preguntaron que si era cantante, que hacía, me comentaron que les gustaba mi ropa, etc.
A todas estas los niños eran super curiosos e inteligentes, me parecieron super panas y me senté a conversar con ellos, créanme que era como tener una conversación fluida con cualquier adulto contemporáneo, luego mi amiga bajo y se unió a la conversa, ellos le preguntan que en cual torre vive, ella les especifica y les dice: “en la torre C pero solo por unos días más, el 15 me voy a Argentina”, una de las niñas (qué no diré su nombre por respeto a su identidad) brinca de emoción y afirma que ella también se va a Argentina, pero al día siguiente, ya que vino a Venezuela por vacaciones a visitar a su familia en Navidad y ya le toca regresarse por el colegio, lleva 6 meses viviendo allá, luego de eso salta otra y dice que pronto se va a New York, uno de los niños (por cierto nieto de una famosa cantante venezolana) dice que ellos se van el año que viene, pues en el país solo quedan su mamá, su abuelo y su abuela, ya el resto de su familia se fue; a todas estas en ese grupo solo una de las niñas afirmó que ella si se queda, que sus papás no tienen pensado irse del país; recuerdo ese momento y la cara de TODOS al darnos cuenta que ese pequeño grupo de personas conversando era extremadamente momentáneo y pasajero como esa gota que cae de la lluvia y se desvanece en el pavimento caliente, era de total tristeza, esa tristeza del niño pequeño al que no le compraron el juguete que quería, ésa tristeza profunda que se alberga en unos ojos inocentes pero, brillosos por las lágrimas que vienen en camino, el silencio fue rotundo, TODOS quedamos con los ojos aguados y fue tanta la empatía que en ese momento no eran unos niños desconocidos y unos adultos, éramos HERMANOS venezolanos que como si se tratara de la más fuerte de las películas de drama habíamos hecho un engranaje Perfecto que nos conectó con una situación que dejó entre la mesa la realidad de cómo todos nos vemos afectados.
Les cuento que fue tanta la hermandad que se generó de dicho momento, que antes de irme los niños se despidieron y justo cuando me dirijo a montarme en el carro bajaron con un trozo de pizza de la misma que ellos en el parque estaban comiendo y me la dieron, acto seguido cerré la puerta del carro y me regresé a sentarme con ellos tal cual niño en el piso y nos pusimos a comer todos juntos, en ese momento nuevamente empecé a creer en este país y entender que esta generación mía es la que tiene que luchar DURO para que esa generación de chamos que viene en camino, haga una entrada triunfal de rescate por este país.
La generación que viene es increíble, se los digo, y es una dicha para nosotros como venezolanos tenerlos entre nuestra gente; si, efectivamente hay unos que quizás ya están viciados por su mismo entorno social que incluso los ha obligado a robar, vivir en la miseria y a asesinar, pero créanme, hay otra cara de la moneda que se está preparando, niños que ya saben hasta 3 idiomas, te tocan un instrumento musical y aman a Venezuela con locura; eso lo descubrí o mejor dicho lo termine de entender con estos niños, que tienen que ser un orgullo enorme para sus padres.
Son una generación que reconstruirá este país y que lo llevará a niveles nunca antes visto, eso se los puedo asegurar, pocas veces me equivoco y por eso les repito, la generación que viene es increíble.
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