La gran esperanza blanca, por Simón Boccanegra
En tiempos del racismo rampante en Estados Unidos se inventó aquello de the great white hope, («la gran esperanza blanca»), aludiendo con ello a la búsqueda de algún boxeador blanco que acabara con la hegemonía de los pesopesados negros. Los medios lo inflaban y después venía el despecho. Así está aquí una parte de los comentaristas mediáticos. Primero generan expectativas irracionales con cualquiera de las «esperanzas blancas» y después se sumen en un despecho lacrimoso. Con Gaviria han pasado del rechazo al ditirambo y luego al despecho. Con Uribe les pasó algo parecido. No se diga con la FAN. Ahora el objeto del desengaño es el Grupo de Amigos. Como siempre, con la más absoluta falta de realismo y de conocimiento de las prácticas del Derecho Internacional y de la diplomacia, se esperaba y, lo que es peor, casi se exigía una acción «decisiva» de este grupo. Como es lógico, el Grupo llegó hasta donde puede llegar en el cuadro actual, que no ha sido nada desestimable, como bien lo apuntó la Coordinadora.
Pero los dolientes de la «esperanza blanca» están de pésame. «Estamos solos», «nos han abandonado», «jamás olvidaremos». Sirvame otra copa, cantinero, y que toquen «La que se fue».