La guerra y la paj, por Laureano Márquez
Pa’ mí que la guerra ya fue y la perdimos. Un país de 30 millones de habitantes al que le entra un billón de dólares y se mantiene en los niveles de pobreza que están a la vista, con la inflación más alta del continente, con la comida pudriéndose mientras la gente pasa hambre, alguna guerra perdió. ¿Cómo fue? No sé decirte cómo fue, no sé explicarte qué pasó, pero alguna batalla nos acabó. Aquí alguien invadió el país y no nos dimos cuenta. Los radares no los detectaron, pasaron los controles, quizá incluso son los controladores.
¿Y si en verdad todo esto es obra de la CIA, y si nos hizo creer que teníamos un gobierno de izquierda y al final lo que quería era destruirnos y hacernos más dependientes de ellos? Y si son tan brutalmente inteligentes que lograron la intervención perfecta: usar a sus propios enemigos como aliados para destruir al país sin que ellos mismos se den cuenta y crean, para sus adentros, que están acabando con el imperio… ¿Y si Lula fuese de derecha y por eso no le conmueve que apedreen a una mujer en Irán? Y si nada es lo que parece… El caso es que uno oye declaraciones de guerra, seguidas de rancheras, de fútbol, de huesos, cajas de tierra, exhumaciones, inhumaciones, fumaciones todas.
El país es como un iPod cuando lo pones en la función «random», cualquier cosa al azar puede aparecer: la novena sinfonía y luego un reguetón, y después un canto gregoriano y más tarde un joropo erótico. Pero al final todo es entretenimiento, un circo al que se le pudrió el pan…
El problema ya no es la guerra, sino cómo construir la paz y dejar atrás la habladera de paj. Cómo tapar los huecos de las calles que han sido bombardeadas, cómo reconstruir las vías que el enemigo ha destruido.
Qué hacemos con los centenares de muertos que la guerra está dejando cada fin de semana, las morgues están colapsadas. Por qué la agresión militar en contra de instalaciones civiles… ¿Eso no está prohibido por la convención de Vodka?… Soldados enemigos, por qué le hicieron eso a nuestros hospitales… gringos indolentes…
¿Por qué acabaron con nuestro sistema productivo?… Ya me imagino: «container» es una palabra inglesa, seguro alguna ganancia llevan en ello. ¿Por qué la tienen agarrada con nosotros? ¿Por qué este ensañamiento? Los imperios son así, como el Romano con Cartago, que la destruyó hasta sus cimientos y luego la sembraron de sal para que no creciera ni la hierba. ¿No será que nosotros ya estamos salados?