Heterogeneidad de la Unión Europea influencia directamente en eventual nuevo gobierno
La expectativa que existe sobre lo que pueda ocurrir o no con la UE y el lapso que dio sobre su decisión en Venezuela, va en aumento. La clave es el tiempo de esas acciones porque puede influir en la permanencia o cambio de un sistema de gobierno
La posición que pueda tener la Unión Europea sobre la crisis en Venezuela es algo a lo que la oposición del país le ha apostado. Giras, pruebas, declaraciones por varios años han hecho que algunas naciones del bloque regional se hayan pronunciado. Unos, como el caso de Italia, sumándose al argumento de la «no intervención» al no reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, y otros como España o Alemania, que manifiestan su intención de hacerlo.
Por otro lado, la postura del Parlamento Europeo expresada el 31 de enero a favor del presidente de la Asamblea Nacional, que se juramentó como jefe interino el 23 de enero ante un «cabildo abierto», hecho que el Gobierno presidido por Nicolás Maduro considera como un golpe de Estado. Sin embargo, los mismos europarlamentarios reconocen que aunque esa instancia acepta la autoridad de Guaidó, no quiere decir que el bloque de los 28 países lo haga.
Ese mismo día, la representante de Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, anunció que el bloque -en una reunión informal- discutió lo que iban a hacer en torno a Venezuela. Decidieron, por el momento, la creación de un «grupo de contacto» que en un plazo de 90 días debe facilitar un diálogo-negociación entre las facciones políticas y salir de la crisis por la que atraviesa el país.
Según AFP, este grupo de contacto estaría conformado por Francia, Alemania, Italia, España, Portugal, Suecia, Holanda y Reino Unido, así como Ecuador, Costa Rica, Uruguay y Bolivia. «Estamos esperando la confirmación de algunos otros», agregó.
Y además puntualizó que la decisión de considerar a Guaidó como presidente interino no tiene que ver con la UE, sino con la decisión soberana de cada país.
Hay que también tener en cuenta que la UE ha tenido un accionar lento respecto al tema del país. Para 2017, hubo que esperar a noviembre -luego de las protestas antigubernamentales- para que impusiera sanciones a funcionarios venezolanos por su presunta violación de DDHH
Sin embargo, el 1 de febrero Mogherini anunció que, a pesar de que los 28 aún no quieren declarar en conjunto su desconocimiento a Nicolás Maduro, sí se mostraron abiertos a ampliar el número de sancionados del Gobierno venezolano, ya sea por su responsabilidad en episodios de violencia o por “impedir la expresión democrática de la población”, reiterando que las mismas no son contra el pueblo, sino son puntuales.
Ponerse de acuerdo es difícil
En ese sentido, el internacionalista Félix Arellano explicó que el organismo multinacional es «heterogéneo» y «complejo», que además está en una «relativa crisis» por el tema de la salida del Reino Unido de ese bloque, por lo que el escepticismo en la UE se hace evidente en las decisiones que tome y se «refleja en esa falta de coherencia y solidez en varios temas», entre ellos Venezuela.
Coincide con Mogherini al decir que en efecto, habrá países que reconozcan a Juan Guaidó como presidente interino -algunos con más fuerza que otros- y también que lo desconozcan, pero sí resaltó que el consenso se logró con el llamado «grupo de contacto», que se ha venido trabajando desde hace meses desde el seno de la UE.
«Es una esperanza que se ha venido, primero conversando con el papa Francisco y luego con el gobierno de República Dominicana para no caer en la trampa de jugar a favor de Nicolás Maduro. Sabemos que lo hacen con buenas intenciones, pero hay una expresión que dice que ‘con buenas intenciones se llega al infierno»
Gobierno y oposición -como se recuerda- han protagonizado varios esfuerzos de dialogar para desentrabar el juego político. El Vaticano estuvo presente en uno de esos procesos y República Dominicana fue la sede para la más reciente iniciativa a principios de 2018. El fracaso de ambas -sobre todo en Santo Domingo- derivó en el recrudecimiento de la crisis porque allí surgió un papel firmado solo por el Gobierno con unas fechas para la convocatoria a elecciones. El resto ya es historia.
Por su parte, el constituyente Saúl Ortega, considera que cualquier iniciativa que sea propiciar diálogo es positiva para el Ejecutivo porque de esa forma se estimula la solución de una forma pacífica y política, además de que se cumple con los establecido en el Derecho Internacional de la no injerencia en los asuntos internos de Venezuela.
«El diálogo político es lo que realmente nos debe animar a los venezolanos, indistintamente a la posición política que tengan. No queremos guerra civil, ni conflicto internacional que algunos están con intereses claros de pretensiones de hacerse con nuestros recursos energéticos.
A su juicio, el punto de partida para un diálogo -iniciativa que quiere propiciar la UE- debería ser lo que ocurrió en República Dominicana, porque «había claramente la posibilidad del entendimiento, pero el injerencismo de factores extranjeros que prácticamente determinan decisiones de los líderes políticos de oposición del país, naufragaron lo que fue un gran esfuerzo».
También adelantó que el 5 de febrero se hará una sesión desde la Asamblea Constituyente para rechazar los actos «injerencistas» del Parlamento Europeo en los asuntos internos venezolanos.
Muchas manos ponen el caldo morado
Países como Rusia, México (que es actualmente el único país del Grupo de Lima que aplica la «no intervención» con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador) y Uruguay, han expresado la voluntad de ser facilitadores de un diálogo, sumándose así al «grupo de contacto».
Si a eso se le suman los 13 países que hasta ahora estarían dentro de la iniciativa para ayudar a Venezuela, hacen un conglomerado de naciones que, a juicio de Arellano, sería complicado de poder coordinar y más aún, de tener una decisión que ayude a dirimir las diferencias. Lo que puede hacer es complicar más las cosas.
«Parece más una asamblea», aseveró el internacionalista, quien es de la opinión de que el número de países que deberían integrar esa delegación no debería pasar de cinco. Además, criticó que Rusia pudiera ser parte de esa iniciativa propuesta por el organismo regional porque «sería inaceptable y penoso. Si entra en un grupo de esa naturaleza será para generar caos y desorden, que es lo que hace en el escenario internacional».
Por otro lado, vio positivo el apoyo que el Parlamento Europeo ofreció a Guaidó como presiente interino porque «es en buena medida la opinión de los pueblos. Los órganos legislativos son las instituciones más legítimas, ya que son las que más se corresponden con el sentimiento popular».
En este apartado, el analista internacional Basem Tajaldine lamentó que el PE reconociera al Poder Legislativo -y la figura de Juan Guaidó- como jefe encargado de Venezuela, lo que considera una decisión que «pisotea el derecho internacional», según entrevista concedida a Unión Radio el 31 de enero.
Considera que las decisiones en política exterior del bloque europeo están influenciadas con «presiones» de Estados Unidos para que se pueda reconocer «a su buen lacayo» y que eso se produjo, según su opinión, porque habría prometido o entregado algo que aún se desconoce para que Washington -y la misma UE- pudieran aprovecharse de «beneficios».
¿Cuál es el impacto?
En dos platos, Félix Arellano explicó que las decisiones que pueda tomar la Unión Europea en el caso Venezuela tienen un impacto político importante, ya que un eventual reconocimiento a Juan Guaidó complicaría la crisis financiera que hay en el país hasta tanto no se resuelva el tema de quién gobierna.
Mientras que Nicolás Maduro apunta a lo que sería la táctica de parecerse a países como Cuba o Corea del Norte, en tanto a que si se cierran los canales de negocios con EEUU y Europa, buscar entendimiento con China, Turquía o India. «Pero ellos quieren divisas, no petros».
«Que muchos gobiernos democráticos lo rechacen les hace más difícil la situación económica (…) China ha hablado con cautela, con prudencia y debe aclarar más el panorama (…) Maduro sigue jugando a esa hipótesis que pudiera resultar. Habrá hambre, pero habrán cajas CLAP».
Es cierto que la posición de China es ambivalente. Por un lado, la Cancillería de ese país aseveró el 1 de febrero que se encuentra teniendo «contactos cercanos con todas las partes» de la situación en Venezuela «a través de varios canales”, lo que daría a entender que recibió la carta de Guaidó, quien dijo en una entrevista para Reuters haber enviado una comunicación y que tanto a ellos como a Rusia les convendría un cambio de gobierno.
El portavoz de la cancillería china Geng Shuang expresó que China “está preparada para trabajar con todas las partes” y que la cooperación entre ambos países “no debería verse afectada, evolucione hacia donde evolucione la situación”.
Mientras que por otro, se conoció que PetroChina sacaría a Pdvsa de un programa conjunto para construir una refinería y planta de productos químicos, valorados en 10.000 millones de dólares; mientras que el Ministerio de Finanzas ruso ha expresado que espera que Venezuela cancele los próximos compromisos de pago de deuda.
La situación internacional, sobre todo en el bloque europeo, avanza lenta pero inexorablemente a un desenlace que pareciera estar a favor de la institucionalidad y de lograr un cambio en la crisis que hay en el país, pero habrá que esperar a que esto pueda ocurrir y saber por dónde van los tiros. Lo que se puede pedir es que esos tiempos se acorten para generar una solución rápida a lo que sucede en Venezuela.