La historia dentro de la historia, por Simón Boccanegra
Los «analistas» andan vueltos locos tratando de explicar una resurrección más rápida que la de Cristo. No terminan de entender cuánto pesó en la Fuerza Armada la ilegalidad de las actuaciones del gobierno provisional. La FAN no quería cargar con la responsabilidad de un golpe de Estado. Los propios oficiales chavistas estuvieron dispuestos a aceptar el defenestramiento de su jefe siempre y cuando se cuidaran las formas. La alianza circunstancial entre el chavismo y el institucionalismo militar, cansada de esperar una carta de renuncia que nunca les fue mostrada, y totalmente adversa a la jugada que transformaba la salida de Chávez en un golpe de Estado (mediante ese decreto absurdo que fue el principio y el fin de la presidencia de Pedro Carmona), terminó por imponer su poder de fuego. «Si no hay carta de renuncia, Chávez sigue siendo el Presidente. Mándenlo a buscar a La Orchila». En el quinto piso del Ministerio de la Defensa (el de verdad, en Fuerte Tiuna) en la madrugada del 12 habían llegado a un acuerdo con base en una Junta de Gobierno y preservando las instituciones. ¿Quiénes fueron los genios que dieron el golpe dentro del golpe y por qué? En sus memorias este minicronista echará el cuento.