La intervención y la gente, por Guzman González Urdaneta
Twitter e Instagram: @GuzmanVE_
La tensión y desespero en Venezuela sigue reinando. La gente está molesta porque no se ha intervenido militarmente al país. Pero ¿de verdad saben que es una intervención militar y que conlleva? ¿De verdad estamos hablando el mismo idioma con Juan Guaidó? ¿Es lo correcto una intervención?
Existe actualmente una campaña fuerte, pero maliciosa en contra de Guaidó, gracias a unos sectores que necesitan saciarse de intereses personales y tomar como bandera la polémica propuesta. Algo me he dado cuenta, que el también presidente de la Asamblea Nacional viene tomando el tema relajado y sin pararle mucho a lo que dicen algunos dirigentes.
Juan Guaidó, jamás uso como bandera, propuesta o tema la intervención militar. Hasta hace dos semanas empezó a nombrarla en los medios y redes, no porque piensa aplicar el artículo 187.11, sino para aclararle a la gente que por ahora no es conveniente dicha acción, pero que está sobre la mesa y no se descarta. Esa campaña en su contra viene rodando desde que ciertos partidos le dijeron al mundo que la solución estaba en ese plan.
Ahora bien, millones de venezolanos, amanecen decepcionados con Guaidó porque no ha llamado a una invasión militar extranjera. También lo acusan y echan la culpa por el tema eléctrico, de agua e internet, ya que él debe hacer algo. Esto sin tener poder interno necesario. Decepcionados de algo que nunca hablo ni propuso.
Me comentaba un señor, vecino de Caracas, en Venezuela, que “los gringos” saben como llevarse a Maduro. Le pregunté solo para saber su opinión y ver que me decían, ¿en esa intervención solo morirán los Chavistas o nos ponen en riesgos a todos?, me respondió “ellos tienen armas que van directamente a los rojos”. Esta respuesta me motivó a escribir estas líneas. La ignorancia y falta de justo conocimiento están acabando con la paciencia de todos.
Lo cierto también es que, era un deber de los miembros de la política nacional, explicar de qué trataba todo un plan desde ya fallido. Para nadie es un secreto que, así como está dividido el PSUV, está dividida la oposición. Quizás esa sea una de las razones por la que no se dignaron a responder tantas preguntas acerca de este tema.
Pregunto a usted que está en la casa, oficina, carro o que se yo, ¿Ya leyó que es una intervención militar?, ¿conoce la maquinaria y presupuesto que genera?, ¿estima las muertes que causarían?, ¿Qué se gana con eso? Piense y responda para usted.
Escuché por ahí que era mejor arriesgar millones de vida de un solo zarpazo a que se mueran miles a diario. No se que decir, usted tendrá otra visión. Es válida. Pero les comento que no es tan fácil como levantar el teléfono llamar a Trump y al día siguiente estarán acá. De hecho, una intervención militar ni siquiera lo decide Guaidó. Él solo hace el llamado y activa los derechos constitucionales pero la decisión la tiene el país invasor, su senado, y otros intereses. Estados Unidos, por ejemplo, no puede enviar tropas a matar gente (como se imaginan) y no garantizarle el regreso con vida a sus soldados. Menos puede hablar de paz en el mundo e invadir para causar daños, incoherencia se llamaría eso. Además cuando estamos en medio de unas cercanas elecciones en ese país.
Se han perdido varios intentos de diálogo y negociación por trancas internas, capaz era una opción. El ahogo económico, que aplica Estados Unidos a Maduro, también es una opción y al parecer ha resultado.
No caigamos en el juego político que intenta cada día dividir y restar apoyo a algo que ya arrancó. Un país no se levanta con críticas, sino trabajando y produciendo (algunos me dirán que no hay posibilidades). Pregúntate desde ya, ¿Qué estoy haciendo y aportando al país para devolver la democracia en vez de criticar y dividir?
Yo les invito a leer, pero leer bien. Muchos me colocan el ejemplo de Panamá con Noriega. Señores eran otros tiempos, América tenía otros gobernantes, había otras razones y existió la posibilidad de devolver democracia a ese país. Cada país tiene sus escenarios, muy distintos, por cierto.
¿Entonces que hacemos? Bueno, yo también he sufrido con esta situación, mi familia, mis amigos y vecinos, pero recuerden que un país dañado por veinte años de irresponsabilidad gubernamental, no se recupera en 3 meses que tiene Juan Guaidó dando batalla. Quieren que Guaidó recupere la economía, acabe con el Chavismo (que es una realidad), que optimice los servicios, todo ello en 3 meses. Mal, muy mal.
El apoyo no podemos quitárselo. Al contrario, la debilidad nuestra es el arma de los que gobiernan. Esos que exigen cambio, son los que no salen a marchar, a apoyar, a organizar. Esos que quieren un mejor país son los que botan la basura en la calle ni dicen buenos días. Esos que exigen intervención, son lo que joden a la gente revendiendo y robando con los productos. Mi artículo anterior lo dije: ¿de qué estamos hechos?.
Que Dios nos agarre confesados… ¡Qué país, qué ciudadanos!