La lista macarthista, ¿la entierran o no?; por Teodoro Petkoff
Según el diario VEA, atribuir a la lista de Adolfo Tascón carácter “macarthista” es un intento de TalCual de “descalificarla”. Sería un intento ocioso; ella se descalifica sola. De no ser así, Chávez no se habría ocupado de ordenar su “entierro”. Ese engendro podría considerarse como un perro muerto, del que tratan de sacudirse hasta sus autores, el intelectual y los sicarios. Pero VEA todavía le ve méritos. Como la cacería de brujas del siniestro senador gringo estuvo dirigida contra los comunistas norteamericanos, eso marcaría, según VEA, una diferencia fundamental con la lista de Tascón, que fue elaborada para perseguir a “quienes VOLUNTARIAMENTE (sic) firmaron la solicitud de RR”.
Eso tiene tanta lógica como sostener que la calificación de “inquisitorial” para la lista canalla también sería un intento de “confundir”. García Ponce nos ilustraría acerca de que la Inquisición sólo se ocupaba de perseguir a quienes la iglesia católica consideraba “herejes”. Inquisición y macarthismo quedaron para siempre como términos genéricos para designar la intolerancia, el fundamentalismo, la persecución y el castigo a quien se apartaran de la línea política o religiosa dominante en un momento dado de la historia. Macarthismo es lo mismo que stalinismo y la gran vergüenza es que GGP y los suyos, conmilitones de quienes atacados y humillados en Estados Unidos por sus convicciones comunistas hoy se afanen en justificar y convalidar el mismo tipo de persecución cobarde, medio siglo después que los gringos enterraron a su Tascón, a quienes, en Venezuela, disienten del régimen. Así como Mc Carthy creó el concepto de “antinorteamericanismo” para cualquier idea o postura política diferente de las suyas, GGP y todos los náufragos del comunismo que se aferran a la tabla de salvación del chavismo, califican de “traidores a la patria” y “apátridas” a quienes no acompañan “el proceso”. Así como miles de norteamericanos fueron perseguidos con base en la mera sospecha de que pudieran ser comunistas, así el tasconismo transforma una firma, constitucionalmente habilitada, en sospecha de “golpismo”. Es la misma cosa y el sofisma balurdo de VEA no puede cambiar eso.
El cinismo de GGP supera al de JVR (cosa que lo hace ipso facto candidato al Guinness) cuando asegura que “Ningún firmante ha sido citado a ningún comité inquisitorial para hostilizarlo o amedrentarlo (…) Ninguno ha sido perseguido (…) Ninguno se ha visto obligado a exilarse como lo hizo Charles Chaplin (…) Ninguno ha tenido que retractarse mediante una humillante declaración”. En TalCual habíamos recopilado centenares de casos de TODAS esas cosas que menciona VEA y pensábamos publicar uno diario, para conformar un expediente de este tiempo de ratas que nos ha tocado vivir. Y si lo del “entierro” de la lista macarthista resulta una coba, volveremos con la campaña. ¿Nadie ha sido despedido por firmar? ¿A nadie le han negado trabajo por firmar? ¿A nadie le han pedido que se retracte para poder admitirlo en el sector público? ¿Nadie se ha ido de Venezuela porque aquí le cerraron todas puertas? Tan canalla como hacerlo es negarlo de modo tan desvergonzado. ¡Si hasta la Fiscalía de la República se está pareciendo al Comité de Joe McCarthy!
Muchos de ustedes, García Ponce, son un caso de apropiación de posturas ideológicas que antes combatían. Antes denunciaban la “carnetocracia” adeco-copeyana. La de ahora, mucho peor, la aplican. ¿Quién cambió?