La macabra declaración de Maduro, por Héctor Pérez Marcano

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Nicolás Maduro acaba de ratificar que no tiene ni un gramo de humanidad, de consideración al prójimo, ni le interesa la suerte del pueblo venezolano. Ha dicho que “llueve, truene o relampaguee las elecciones del 6 de diciembre se realizarán.”
No importa que la pandemia esté afectando a importantes componentes de nuestra sociedad. Convocar a votar u obligar a votar –como seguramente sucederá ese fatídico día- es convocar a la muerte.
Maduro demuestra así que lo que le importa es seguir al frente de un régimen que ha acabado con Venezuela. Chávez prefirió comprarle a Putin cien mil fusiles AK, aviones y helicópteros antes que fortalecer nuestro sistema de salud.
Siento una gran pena, un inmenso dolor cada vez que se anuncia que falleció un médico víctima del coronavirus. Ya han fallecido 184 médicos –especialistas valiosísimos –cardiólogos, anestesiólogos, neumonólogos, enfermeras– víctimas que hay que achacar al régimen como si fueren asesinados por las FAES. Esa es la consecuencia de haber destruido, igual a como destruyeron a Pdvsa, el sistema de salud, de la destrucción de los hospitales. Por ello quienes intentan atender a los contagiados, desprovistos de la protección indispensable, fallecen.
¿Cómo pretenden hacer unas elecciones que solo interesan a Maduro en medio de una pandemia que ha rebasado al régimen? Convocar u obligar a votar es convocar a la muerte. Esas elecciones
Solo le interesan a Maduro o a algún dirigente político que se preocupa, por sus intereses y su futuro como dirigente. Todo el que convoca a votar está convocando a la muerte y es tan macabro como Maduro.
Esas elecciones deben ser aplazadas hasta que haya condiciones sanitarias que garanticen votar con seguridad para la vida. No estoy por la abstención porque no resuelve nada. Es paralizante y le regala la Asamblea Nacional al régimen.
Estoy por unas elecciones sin pandemia. Es absurdo empeñarse en unas elecciones que no serán reconocidas por la comunidad internacional y que con toda seguridad serán fraudulentas.
El Parlamento que surja del proceso mortal no será reconocido por la opinión internacional ni tampoco por la mayoría del pueblo.
Si Maduro tuviera un gramo de humanidad, un gramo de compasión, debería aplazar las elecciones. Esas elecciones se convertirán en un genocidio.
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Maduro, Padrino, el Almirante Ceballos y Diosdado Cabello tendrán en su conciencia el peso de haber asesinado a miles de venezolanos al obligarlos a votar. Serán reos de lesa humanidad pues el régimen no podrá contener los rebrotes de la pandemia.
Obligar a votar equivale a cometer un genocidio que deberá ser investigado y juzgado por la Corte Penal Internacional. Maduro, Padrino, Ceballos y Cabello serán reos de lesa humanidad, de delitos que no prescriben.
Y así como después de muchos años, el general argentino Videla pagó condena, también los militares y civiles que propicien tal genocidio deberán pagar condena.
Capriles debería pensar muy bien la responsabilidad macabra que tendrá, similar a la de los jerarcas del régimen, arriba mencionados. ¡La lucha debe ser por el aplazamiento de las elecciones!!!
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