La manipulación de la historia, por Simón Boccanegra
Si usted, estimado lector, revisa su pasaporte «bolivariano», va a encontrar que en cada una de sus 32 páginas aparecen un general de la independencia, así como los monumentos existentes en los sitios donde aquellos libraron batallas. Sólo figuran en tal galería dos «civiles»: Manuelita Sáenz y Luisa Cáceres de Arismendi. Las dos fechas civiles por excelencia de nuestra lucha independentista, el 19 de abril y el 5 de julio, no encontraron lugar en el pasaporte. Es la versión gráfica de Chacumbele sobre la historia de nuestro país como una interminable sucesión de hechos militares. Entre los actos conmemorativos del Bicentenario, se ha programado una parada militar para el 19 de Abril. Es la primera vez que tal día es recordado con un desfile militar. No es que este en sí mismo sea objetable sino el uso que está dando Chacumbele a lo militar en la celebración del Bicentenario de la Independencia. Sería absurdo minimizar o negar de plano el papel de lo militar en la historia de los años cuando conquistamos la Independencia. En fin de cuentas, fue una guerra y fueron hombres de armas sus principales próceres. Pero la interpretación exclusivamente militar de la Independencia es falsa y manipuladora. El proyecto totalitario de Hugo Chávez incluye un fuerte componente militarista. Cuando el Comandante en Jefe de la FAN es no sólo su jefe político, en tanto que Jefe de Estado, sino también orgánicamente castrense, en tanto que militar activo, el gobierno es, en la práctica, un gobierno de la Fuerza Armada. De allí la intención ideológica de «militarizar» la historia para amparar en el pasado heroico las fechorías del presente. Chacumbele sacraliza la historia militar de la Independencia para legitimarse a sí mismo.