La Milicia no debe ser roja, por Teodoro Petkoff
El general Jesús Gregorio González González, quien ocupara hasta hace muy poco la jefatura del Comando Estratégico Operacional (CEO), dio la semana pasada unas declaraciones cuya importancia no puede ser subestimada. Dijo el general que «no podemos vincular nuestra milicia con el Presidente o con la ideología de tendencia de izquierda que tiene el gobierno actual».
En realidad, González González no hizo otra cosa que citar el artículo 328 de la Constitución Nacional. Este dice bien claro que la FAN «está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna». Eso repitió el general GG al señalar que no se puede vincular la Milicia con la persona del Presidente, puesto que ella está al servicio de la Nación y no de persona alguna. Adicionalmente, el general GG, cuando apunta que no se puede vincular la Milicia con la ideología de izquierda sostenida por el gobierno actual, no hace sino glosar el mismo artículo constitucional cuando este pauta que «La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política…» De modo que el general GG no ha hecho otra cosa que subrayar lo que está clarísimamente estampado en la Constitución.
Pero el interés de sus conceptos deriva del hecho de que en determinado momento la Milicia estuvo directamente bajo el mando del Presidente, hasta que hace pocos meses, silenciosamente, esa anomalía fue corregida y la Milicia fue colocada en la línea de mando del Ministerio de la Defensa. Por otro lado, el propio Chacumbele se ha cansado de acentuar en sus largas reláficas el carácter político que pretende darle a ese nuevo componente de la FAN. La Milicia, según la retórica chacumbeliana, es «el pueblo en armas» y Chacumbele mismo, según tal retórica, «es» el pueblo, de modo que en este caso queda claro que dos y dos son cinco.
La Milicia ha estado todo el tiempo fuera del contexto constitucional y, si nos atenemos a su traspaso a la línea de mando de Defensa y a estas declaraciones del general GG, puede intuirse un esfuerzo del institucionalismo militar (sin excluir a militares que se identifican con el Presidente) por hacer valer los fueros constitucionales. La Milicia nació al margen de la Constitución, que no prevé su existencia, y contra la decisión del pueblo venezolano, que rechazó su creación en el referéndum constitucional de 2007, en el cual una de las reformas propuestas era precisamente la de la creación de la Milicia –así como también el cambio de nombre de la FAN, añadiéndole el cognomento de «Bolivariana». El país dijo «No» y sin embargo, posteriormente, Chacumbele, contando con la Jaula de las Focas, creó la Milicia mediante una ley que contradice claramente, como ha sido dicho, tanto a la Constitución como al resultado del referéndum sobre la reforma constitucional. Seguramente ha habido, desde ese momento, un silencioso forcejeo, del cual la declaración del general GG viene a ser una inesperada expresión pública.
Por otro lado, la Milicia misma no pasa de ser una entelequia. Alguien por allí debe estar actuando con el criterio de «se acata pero no se cumple».