La militarización de Catia para hacer cumplir la cuarentena duró un día
Durante un recorrido realizado por TalCual por los populosos sectores de Catia y Coche se observó flujo normal de personas caminando. Nada de mantener la distancia necesaria para prevenir el contagio del covid-19
El distanciamiento social decretado en el país como parte de las medidas de contención y prevención del coronavirus no existe en las calles cercanas a los mercados de Catia y Coche. Apenas un día duró la avanzada militar que desde la madrugada del martes 24 de marzo tomó las principales vías de la populosa barriada al oeste de Caracas -y también la muy transitada entrada de Petare- con la idea de contener el avance de la enfermedad que, oficialmente, ha cobrado dos vidas en el país.
Durante un recorrido realizado por el equipo de TalCual, se pudo constatar que aunque la mayoría de las personas usa tapabocas, son más las que no llevan puestos guantes y que la distancia prudencial con otros transeúntes es solo un mero enunciado.
En medio de orden de la cuarentena, cientos de personas salen a las calles de Catia a buscar comida, agua y trabajo. En estos espacios no se están cumpliendo recomendaciones de la OMS, como la distancia mínima de 1 metro, y podrían ser focos de COVID-19. Caracas #Venezuela #27Mar pic.twitter.com/Wehs2sI9cs
— PROVEA (@_Provea) March 27, 2020
Si bien desde hace dos semanas se aprecia una mayor presencia policial en calles y avenidas de Caracas, sus funciones se limitan a regular el tránsito vehicular y velar por el cumplimiento de algunas normas implementadas por las autoridades locales y regionales, como el cierre de los comercios a determinadas horas. Pero de ayudar a cumplir la cuarentena para prevenir el contagio del covid-19, es poco lo que se aprecia.
Aunque la avenida Sucre de Catia muestra menos tránsito vehicular, en las transversales y calles aledañas al mercado de Pérez Bonalde la historia es otra. Durante el recorrido realizado por los populosos sectores de Catia y Coche se observó un considerable flujo de personas caminando por calles y aceras abarrotadas de gente haciendo cola, comprando y vendiendo alimentos, sin mantener de forma alguna la distancia necesaria para prevenir el contagio.
“Aquí no se puede cumplir con todas esas medidas de prevención. Necesitamos trabajar para comer y comer para vivir”, señaló Juvencio Molina, vendedor ambulante de Catia. Afirmó que, desde que decretaron la cuarentena, ha trabajado cada día, igual que todos los comercios porque según explicó, “la gente tiene miedo de contraer el virus, pero también tiene miedo a morir de hambre y por eso sale a trabajar”.
La situación es similar en el mercado de Coche. Una larga fila de gente se forma en la entrada del mercado mayorista de Caracas, desde la mañana hasta las 2:30 pm, para poder ingresar al lugar. La entrada permanece resguardada por funcionarios de la Guardia Nacional, y dos metros más adelante los compradores pasan por un área de “desinfección” improvisada, en la que son rociadas con agua, hipoclorito y alcohol.
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Sin embargo, la desinfección parece quedar sin efecto a pocos metros de ingresar al mercado, pues la cantidad de gente que se abre paso entre la multitud y los puestos de frutas y verduras es grande. Casi ninguna de las personas guardaba la distancia recomendada; por el contrario, parecían haber olvidado la letalidad de la amenaza viral.
Propietarios de distintos establecimientos comerciales que hacen vida en ambos sectores, aseguraron no tener reducciones considerables en las ventas, pese a las restricciones de horario.
No obstante, la situación es preocupante para algunos de los residentes de ambas zonas, pues no ven con buenos ojos la aglomeración diaria de personas y temen que pueda desatarse un contagio masivo por el desacato de las normas. Algunos vecinos consultados señalaron que aunque la presencia policial y militar en las calles es más notoria desde que inició la cuarentena, no están seguros si su función es controlar o prevenir.
“Hay funcionarios que están más pendientes de controlar el despacho de la gasolina en las estaciones de servicios, que de velar por el cumplimiento de las medidas de contención”, dijo Raúl Perdomo, conductor de una unidad de transporte público.