La nacionalización del cemento, por Simón Boccanegra
Uno nunca sabe bien si las cosas que dice Yo-El-Supremo son siempre por manipular a conciencia a una audiencia poco informada o si también él está poco y/o mal informado sobre algunos asuntos sobre los cuales habla. Por ejemplo, hablando de la nacionalización de la industria cementera dijo que esta, años atrás, había sido «privatizada». La verdad es que nunca hubo privatización de las plantas de cemento porque estas siempre fueron privadas, propiedad de empresarios venezolanos, hasta finales de los años ochenta, comienzos de los noventa, cuando la industria fue adquirida por capitales extranjeros. Así llegaron a Venezuela la cementera mexicana Cemex, la francesa Lafarge y la suiza Holcim. ¿Miente deliberadamente el presidente, en su empeño de re-escribir la historia para acomodarla a las exigencias de sus intereses políticos –en este caso para presentarse a sí mismo como paladín de la nación frente a los «apátridas privatizadores»? Tal vez sí, pero también cabe la hipótesis adánica, es decir, que el Gran Líder sea prisionero de su propia mitomanía y crea, de verdad, que aquí no había país antes de él. En todo caso, manipulaciones deliberadas o no, lo que subyace es la idea primitiva de que el Estado debe asumir la propiedad de todo sector económico que sea definido como «estratégico». Como en esta materia los venezolanos tenemos un PHD, sólo cabe desear que si en verdad el cemento es nacionalizado no corra esa industria el destino que ya se adivina en las primeras y ostensibles fallas de Cantv, por no hablar de lo que ocurre en el aluminio o Cadafe, por sólo mencionar apenas dos industrias estatales emblemáticas por su ineficiencia y corrupción.