Observación ciudadana es una tarea crucial para la defensa del voto
La defensa del voto es una acción clave en la lista de las tareas que deben agendarse para los comicios regionales del 21 de noviembre. En ese camino, es crucial la observación y la contraloría ciudadana
La defensa del voto es una acción clave en la lista de las tareas que deben agendarse para los comicios regionales del 21 de noviembre. En ese camino, es crucial la observación y la contraloría ciudadana.
Hasta ahora, concurrirán al próximo evento comicial los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de la oposición minoritaria. La oposición mayoritaria, por su parte, no tiene una postura oficial sobre su concurrencia a la contienda, aunque han salido al ruedo varias candidaturas. De esta manera, la decisión de participar en el proceso es un aspecto meridiano para ejercer el resguardo del voto.
En este trabajo, TalCual presenta los aspectos que no deben descuidarse para minimizar las posibilidades de fraude.
“El primer reto es convencer a la ciudadanía que haya sido seleccionada a que acuda y asista a este llamado ciudadano de veeduría del proceso electoral. Más allá de que se esté de acuerdo o no con la participación electoral, si estás en la mesa, puedes ver que, efectivamente, no se cometan irregularidades y no se alteren los datos, incluso los mismos que tú quieres o pretendes defender. Y para defender el voto, la presencia es fundamental”, asevera Carlos Medina, director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV).
Medina admite que la apatía hacia los últimos procesos electorales atentó contra el resguardo del voto.
“El CNE redujo el número de mesas electorales. Antes funcionaban un poco más de 40 mil mesas, ahora ese número se ha reducido a un poco menos de 30 mil. En pandemia esto parece contradictorio porque debería haber más mesas para tener más distanciamiento social. Pero, claro la participación de las elecciones parlamentarias del 2015 fue de 74% y, en las últimas elecciones, fue de 31%. Entonces estamos hablando de que menos de la mitad de los electores asistieron a las urnas”, señala Carlos Medina.
Medina advierte que, a partir del 2018 el Consejo Nacional Electoral (CNE) cambió la estrategia de selección aleatoria de los miembros de mesa.
“Anteriormente se seleccionaban alrededor de 12 personas por cada mesa. Ese número ha aumentado considerablemente y, según los números que salieron de la misma auditoría, eso está alrededor de 30 personas por mesa, que se escogen aleatoriamente igual. Pero, la aleatoriedad se puede ver comprometida al disponer de un mayor número de personas para efectivamente después ejercer el cambio. Si tienes 12 personas, te limitas la escogencia, se crea una constricción que contribuye a que se respete el carácter aleatorio de la selección de los miembros de mesa”, explica.
Asimismo, el director del OEV indica que al tener un mayor número de personas elegidas la selección ya no es aleatoria, sino que se efectúa con base en el procedimiento que controla el árbitro que lleva la elección. Destaca que para hacer efectivo el resguardo del voto es fundamental el adiestramiento de los miembros de mesa.
Para el director del OEV, en el menú de acciones para el resguardo del voto no debe obviarse que el personal del CNE es un punto importante dentro del organigrama de funcionamiento de los centros electorales, donde están el coordinador del centro de votación y los técnicos de las máquinas.
«Todas esas personas o ese equipo de personas es controlado por el CNE y en consecuencia ellos también tienen un rol que hay que tener presente a la hora de defender el voto, porque es un grupo de personas que ya está trabajando, se están organizando para el momento de la elección. Va a depender del trabajo que ellos realicen que lo hagan de manera imparcial, que lo hagan sin sesgo político», señala.
El experto electoral insiste en que la importancia de la capacitación de los miembros de mesa porque termina habiendo un conflicto entre estos y el coordinador del centro de votación. «Pareciera que quien tiene la autoridad es el coordinador del centro de votación, pero realmente quien preside la mesa es la autoridad pura y dura del desarrollo del proceso electoral. Allí el entrenamiento de los miembros de mesa es fundamental para que eso no se convierta en una generalidad en el desarrollo del proceso electoral», subraya.
Plan para defensa del voto
Nélida Sánchez, coordinadora de Contraloría Electoral de Súmate, puntualiza que todo parte del conocimiento de los derechos ciudadanos y del proceso electoral. Para esto, añade, se requiere una instrucción adecuada y completa.
“El CNE ha venido en detrimento progresivo de la formación de los miembros de los organismos electorales subalternos, pareciera basarse en la premisa de que ‘mientras menos la gente sepa, más fácil yo manejo el proceso’. Deben manejarse aspectos clave como la conformación de las mesas electorales, el manejo de las contingencias y qué debe hacerse, por ejemplo, cuando la máquina de votación se atasca”, expresa Nélida Sánchez.
En las parlamentarias de 2020 fue la primera vez que el CNE implementó la modalidad de capacitación en línea de los miembros de mesa. En ese sentido, Súmate registró que no se le dio la publicidad necesaria, ni se realizaron campañas informativas para que los miembros seleccionados, las organizaciones políticas y el elector en general tuvieran acceso a la información.
Sánchez refiere que la organización no gubernamental (ONG) ha diseñado programas de formación del defensor del voto, conjuntamente con organizaciones políticas y con la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
“La defensa del voto es un acto de consciencia ciudadana que significará la diferencia entre permitir la realización de elecciones sin garantías, adversas al deber ser, y asumir con responsabilidad y compromiso la protección del derecho al sufragio y que se respete la voluntad del elector”, señala Súmate en el “Programa de Formación Ciudadana para la defensa del voto. Manual del defensor del voto”.
La coordinadora de Súmate indica que un observador ciudadano es un ciudadano común que puede ejercer la contraloría en base a lo que establece el artículo 62 de la Constitución, y hacer seguimiento a cualquier proceso ciudadano y de gestión pública, categoría en la que entra el proceso electoral.
El referido artículo de la carta magna señala que “todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”.
Nélida Sánchez destaca que los manuales realizados buscan educar a los electores. “Con base en lo que dice la Constitución decidimos formar a la gente antes, durante y después del proceso electoral, que se haga seguimiento. Hicimos formadores nacionales que se desplegaron a los estados, los estados formaron a los facilitadores que, finalmente iban a formar a los observadores”, explica.
Este proceso, refiere la coordinadora de Súmate, se aplicó en varios comicios, incluso en las Parlamentarias de 2020.
“La observación ciudadana que hicimos en el 2018, cuando la elección presidencial sirvió para dar a conocer a muchos lo que estaba pasando en Venezuela y contribuimos, en cierta forma, y con esos resultados a que no se reconocieran las elecciones presidenciales”, afirma.
Los testigos frente al voto
El director de Delphos, Félix Seijas Rodríguez, señaló el 21 de julio que 53% de los encuestados en un reciente estudio, están dispuestos a votar en las regionales. En ese orden, 22,7% afirmó que «quizás iría», en tanto 12,1% respondió que «quizás no iría» y 12,3% aseguró dijo que no participaría.
Carlos Medina, del OEV, enfatiza que otro eslabón que debe engranarse para la defensa del voto son los testigos del proceso comicial.
“Los testigos de los partidos políticos, que son dos testigos por mesa, para cada agrupación política que participa en la elección, son el canal de comunicación entre la mesa electoral y el partido político propiamente dicho. Ellos tienen la labor de velar por los intereses del partido, y eso es fundamental también para la defensa del voto”, acota Medina.
Añade que para que las elecciones transcurran con respeto a los procedimientos, una vez que se tienen los miembros de testigos de las distintas organizaciones, se establece un contrapeso que hace que las elecciones funcionen correctamente.
Pero, el director del Observatorio Electoral subraya la importancia de la motivación que tiene la militancia política para su participación activa en los comicios.
“A una militancia política que no tiene todavía definido si va a participar o no, que no tiene claro cuáles son sus candidatos o si va a tenerlos, le cuesta más montar esa estructura. En cambio, el PSUV, por ejemplo, tiene la ventaja de que ellos ya están organizando primarias, ya están haciendo ensayos, una prueba piloto. Tienen un mecanismo para entusiasmar a su militancia a involucrarlos en el proceso electoral, en un plan, en un objetivo común”, puntualiza Medina.
Por su parte, la coordinadora de Contraloría Electoral de Súmate, Nélida Sánchez, refiere que los testigos son designados por las organizaciones políticas, unas veces porque son militantes, otros para poder cubrir y también demostrar, en cierta forma, la fuerza política. Pero se le suele restar importancia a la formación.
“Entonces discuten con el coordinador del centro de votación, pero sin argumentos, el reglamento establece que debes hacer las observaciones y así debe constar en el acta, el tema es que las actas brillan por su ausencia. De hecho, en las elecciones de 2017, me pidieron que colaborara con el documento de impugnación del candidato a una gobernación, y cuando pedí las actas, los testigos no las tenían”, indica.
Otros aspectos neurálgicos
Carlos Medina, del Observatorio Electoral Venezolano, destaca que otro aspecto fundamental para blindar el voto es la auditoría ciudadana, la cual saca provecho a la funcionalidad extraordinaria que tiene el sistema automatizado de votación de seguir la traza de papel. Refiere que cuando se ejerce el derecho al voto, se genera un comprobante a través del cual se puede verificar que el voto se ejecuta según las instrucciones que el elector da a la máquina.
«Esas boletas las metemos dentro de la caja de resguardo y en la auditoría ciudadana se revisan esas papeletas, se revisan esos votos para verificar que coincidan con lo que dice el acta de votación. Una vez que se hace esa verificación, se puede también seguir la traza de manera que en la totalización de las actas se anoten los resultados, exactamente, como dieron las mesas cuando hicimos nuestra auditoría y podamos verificar que los votos que se están sumando en la totalización se corresponden con los resultados que obtuvimos en la mesa y que comparamos con las boletas y ahí cerramos el proceso. De hecho, allí es donde se evidenció la irregularidad que ocurrió en el estado Bolívar en las elecciones regionales pasadas», puntualiza.
Medina destaca que, para las regionales de noviembre, se hicieron las auditorías del sistema de votación que arrojaron buenos resultados, lo que da una idea más amplia de cómo está funcionando el sistema. Añade que ya se ve que se mantienen las características de trazabilidad, auditabilidad y de seguridad. Pero, ahora hay que ponerlas por obras, y usar esas funcionalidades.
«Entonces ahora de parte de los partidos políticos tienen que verificar que efectivamente cuando se instale el software en la máquina, que se instale bien , que sea el que dijeron que es, que se audite, que se revise, que se revise el proceso de producción de máquinas. Todo este proceso de auditoría del sistema automatizado de votación para garantizar su funcionamiento. Todo esto, junto a las auditorías ciudadanas, es fundamental en el proceso de revisión y de defensa del voto», resalta.
La coordinadora de Súmate, Nélida Sánchez, enfatiza que los simulacros electorales son una oportunidad útil para el resguardo del voto. por lo que cobra fuerza la observación ciudadana. Señala, asimismo, que es crucial también hacer seguimiento a la campaña electoral, sobre todo por el uso y abuso de los recursos del Estado.
«Es un trabajo complejo que debemos hace todos los ciudadanos que van en defensa de los ciudadanos y de rescate de la democracia», finaliza Sánchez.
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