La pelazón, por Teodoro Petkoff
La mirada triste de Clemente es fiel expresión de la precariedad de los salarios en Venezuela, y de lo alto que es el costo de la vida. A los trabajadores que ocupan los niveles más bajos en las escalas salariales, el dinero no les alcanza para vivir y mucho menos para ahorrar. La tendencia hacia la baja en el poder adquisitivo de los venezolanos sigue su camino. Si 20% es el índice de desempleo en el país, ese es el mismo porcentaje de ejecutivos y gerentes que no tiene puestos de trabajo. Entre 2001 y lo que va de 2002, se observa que en las empresas se han estancado, o descendido entre 3% y 5%, los sueldos iniciales para captación de personal. Al final, los años de trabajo y las canas no parecen ser suficientes para tener calidad de vida.
Hoy, tomarse un whisky o ir de vacaciones es un lujo, pero 5 años atrás era posible.
Los testimonios son claros y contundentes