¿Cuál ha sido la receta del éxito de Uruguay contra la pandemia de coronavirus?

La educación cívica y el compromiso de la ciudadanía uruguaya jugó un papel clave en la lucha contra el covid-19. La gente se quedó mayoritariamente en casa aunque nadie les obligó
El nuevo coronavirus se ha cebado con América Latina, convertida desde hace semanas en el epicentro de la pandemia. Pero toda regla tiene su excepción, y Uruguay ha trabajado duro para convertirse en un ejemplo de éxito en la lucha contra el coronavirus. Ese país apenas ha registrado 1.485 positivos del virus y 40 muertes.
¿Cuál es la receta del éxito que ha permitido a Uruguay esquivar, al menos por ahora, la crisis sanitaria que atraviesan sus vecinos? Los expertos consultados por DW subrayan que no hay una única respuesta, y que los factores, como suele ocurrir con las epidemias, van más allá de las cuestiones estrictamente sanitarias.
«En un comienzo fue vital la respuesta de unidad nacional en la que todos los actores clave confluyeron para resolver para atender y resolver integralmente una pandemia como esta”, dice a DW el doctor Giovanni Escalante, representante de la Organización Panamericana de la Salud en Uruguay.
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En otros países de América Latina, así como en algunas partes de Europa, el impacto del coronavirus se ha agravado por las divisiones políticas y los intereses partidistas de los diferentes sectores. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, mantiene una aprobación por encima del 60% y ha sabido rodearse de asesores científicos sin afiliaciones partidistas.
Gonzalo Moratorio, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, añade en entrevista con DW que «se produjo un alineamiento sin precedentes entre los tomadores de decisiones, el sistema científico y la academia del país”. Esto permitió, en su opinión, aprovechar recursos humanos altamente cualificados que tenían capacidad para contribuir en las tareas de detección y rastreo, aspecto que otros países descuidaron.
Un estudio publicado hace un par de días aporta datos clarificadores sobre la buena tarea de rastreo que se llevó a cabo en el país: en los tres primeros meses de la pandemia, en Uruguay no se alcanzaron más de cinco generaciones de transmisión, y en la mayoría de los brotes se detuvo la cadena en la segunda generación.
La pequeña nación venía con los deberes hechos. Escalante considera que «Uruguay se caracterizó siempre por tener un buen sistema de vigilancia epidemiológica activa”. El país ha acumulado una experiencia de enorme valor en control de brotes, como el de sarampión, que se produjo en 2019. En aquel caso, las autoridades respondieron rápidamente con un programa de vacunación masiva que permitió controlar la situación.
La salud como derecho, no como gasto
Pero el sistema de vigilancia epidemiológica es solo una parte de un robusto sistema sanitario que, según coinciden ambos expertos, ha funcionado como un cortafuegos vital. «Es uno de los sistemas sanitarios más resilientes de América Latina, con una inversión sostenible a lo largo de una década”, puntualiza Escalante. El consenso político en torno a la importancia de este sistema sanitario explica que haya sobrevivido a los vaivenes políticos, algo de lo que no todos los países pueden presumir.
«Aquí hay una concepción de que la salud no es un gasto, sino una inversión”, sostiene el representante de la OPS. Marcela Schenck, experta uruguaya en psicología de la salud y política sanitaria, explica a DW que «en nuestro país, hace poco más de 10 años se produjo una reforma muy importante orientada a profundizar la noción de la salud como derecho”. El marco temporal al que hacen referencia ambos expertos citados coincide con el comienzo del primer mandato presidencial de José Mujica.
En términos demográficos, el profesor Moratorio recuerda también que la menor densidad poblacional del país favorece el control de los brotes. Además, Montevideo -donde viven aproximadamente la mitad de los uruguayos- «es una ciudad que ha logrado mantener un equilibrio en cuanto a la distribución de las áreas verdes y los espacios públicos”, explica el investigador. Las aglomeraciones favorecen la transmisión rápida del virus.
Responsabilidad ante el coronavirus
La educación cívica y el compromiso de la ciudadanía uruguaya también jugó un papel clave. «Cuando están bien informadas, las personas pueden comprender los mensajes clave y adoptar conductas cada vez más saludables”, afirma Escalante. En Uruguay la gente se quedó mayoritariamente en casa aunque nadie les obligó. «Ser una isla en América Latina creo que se explica principalmente por la población uruguaya que ha acatado cada medida sin haber entrado en una cuarentena obligatoria”, coincide Moratorio.
Coronavirus en aumento en España y autoridades advierten: «Las cosas no van bien»
El doctor Fernando Simón aseguró este jueves que el hecho de que se estén detectando muchos más casos de coronavirusen España no significa que no haya transmisión comunitaria «importante» y ha lanzado una advertencia: «Que nadie se confunda, las cosas no van bien».
En rueda de prensa para informar de los datos sobre la evolución de la pandemia, Simón admitió que es cierto que las características de los casos son diferentes, porque la edad media de los afectados ha bajado a los 35 años, y porque no hay sobrecarga en el sistema hospitalario, pero ha insistido en que «a medida que aumente la transmisión comunitaria», subirá el número de ingresos.
«Que nadie se confunda, las cosas no van bien. Es momento de parar. El que detectemos mucho no quiere decir que no haya transmisión, y cada día tenemos más», ha dicho el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias en un tono tajante, fuera del habitual.
Para que cale el mensaje, ha pedido a todos los personajes con «alguna posibilidad de influir en la población» que le ayuden a concienciar a la gente de lo que hay que hacer, «no de lo que no hay que hacer».
Hoy, el Ministerio de Sanidad ha contabilizado otros 7.039 contagios de coronavirus, de los que 3.349 han sido diagnosticados en las últimas 24 horas.
«Que no se confunda nadie, esto no podemos dejar que siga, y ahora tenemos que ser muy conscientes de lo que tenemos que hacer», insistió.