La resurrección del Colegio Nacional de Periodistas
Hoy son las elecciones del Colegio Nacional de Periodistas. Elecciones históricas, fundacionales, podría decirse, dados los diez larguísimos años durante los cuales estuvo fuera de juego, paralizado y reducido a la insignificancia, precisamente en un periodo durante el cual los periodistas venezolanos han sido sometidos a una verdadera ordalía. El entusiasmo y la perseverancia de un grupo de jóvenes y no tan jóvenes fablistanes ha hecho posible esta resurrección, que ha enfrentado, para variar, la actitud negativa del Gobierno, que, con un riguroso bozal de arepas, ha obligado a los periodistas que trabajan en sus instituciones a marginarse del proceso electoral. Pena ajena da oír al ex presidente del CNP, Díaz Rangel, tratando de descalificar tanto a la institución como a quienes compiten por dirigirla. Se queja DR de que estos no pretenden otra cosa que crear una trinchera política para atacar al Gobierno. Seguramente cuando DR dirigía el CNP era un aséptico gremialista que nunca tocó el tema político. Nunca enfrentó a los gobiernos de su época ni asumió posturas políticas. Todo el mundo tiene derecho a unos gramos de tartufería de vez en cuando, pero sin abusar. DR abusa, sin duda. En claro contraste, Vladimir Villegas enrostra a sus colegas oficialistas la abstención, equiparando su conducta a la de la oposición en las elecciones parlamentarias de 2005 y desnudando al rey: la razón verdadera de la abstención, dice VV, es que el Gobierno sabe que no tiene vida en ese gremio. En fin, no puede este minicronista sino desearles el mayor de los éxitos a quienes hoy están asumiendo la responsabilidad de colocar al viejo y noble CNP sobre sus pies.