La ruta del guiso, por Teodoro Petkoff
El edificio “Bilbao” fue vendido a MinFinanzas por una llamada Yavonca Oficina Técnica, representada por Ramón Llaneza. Este lo había comprado en 1.928 millones de bolívares y once días después lo vendió al ministerio de Nóbrega en 3.878 millones. Un “modesto” sobreprecio de 1.950 millones. Nada mal. (Ver TalCual del lunes 19 de julio). Pues bien, hete aquí que el señor Llaneza posee un relativamente gran número de empresas en Miami. De qué se ocupan y si son, probablemente, de maletín, trampajaulas para “negocios”, no viene al caso. Pero, del examen de los directivos de esa malla de empresas surgen llamativas “coincidencias”. Tomemos una de ellas, American Scooter International. El agente registrado de esta empresa es un denominado Financial Consolidated Group. El presidente y el vicepresidente de esta empresa son los señores Ramón y Leonardo Llaneza. El vicepresidente de American Scooter es el señor Francisco Hevia. Este nombre se repite como presidente de Bio-Cleaner Products, cuyo vicepresidente es mister Alí Lenin Aguilera. Hevia y Aguilera comparten también la directiva de otra empresa, South Group Enterprises.
De manera que ya tenemos vinculados por relaciones comerciales en Estados Unidos a los señores Ramón Llaneza y Lenin Aguilera. Volvamos a Venezuela. Según las fuentes (que están en MinFinanzas, por cierto, donde hay mucha gente que vive con nauseas todo el día y no aguanta más esos latrocinios), la persona de la cual se dice que ha fraguado esta compra, así como la del edificio del Citibank, es el señor Aguilera. ¿Quién es Aguilera? Un personaje de muy bajo perfil, quien, a pesar de no estar en la nómina de Finanzas, ni firma ningún documento, reporta directamente al ministro Nóbrega, con el cual posee una vieja asociación, que se remonta por lo menos hasta la Constituyente, donde ambos trabajaron juntos como asesores en asuntos económicos.
Ocurre también que hubo una venta inmobiliaria frustrada: la del edificio “Gloria”, en la Segunda Transversal de Los Palos Grandes. Los documentos que registran esta operación están a la orden. Era para el mismo propósito, la escuela de Administración y Hacienda Públicas de MinFinanzas. ¿Qué vendía? Yavonca Oficina Técnica o nuestro viejo conocido Ramón Llaneza. ¿De quién era el edificio? De la familia Aguilera. ¿Cuál era el precio? 3.878 millones de bolívares más 800 mil dólares para “reparaciones” (en el documento de venta se habla de un edificio “nuevo”). Vayan a ver el inmueble y pregúntese si ese cascajo puede valer esa suma. En todo caso, la venta parece que no se hizo porque MinFinanzas prefirió el “Bilbao”, pero, “coincidentemente”, de nuevo aparecen ligaditos en esta operación los apellidos Llaneza y Aguilera, socios en Miami y, por lo visto, también en Venezuela.
*Lea: Cómo se goza guisando
Insistimos, si Hugo Chávez está interesado en escudriñar estas oscuras trapisondas tienen los documentos a la orden aquí en TalCual. El Fiscal y el Contralor (si es que logran despertarse de su siesta eterna) no deberían seguir haciéndose los locos.