La salida es YA, por Eduardo López Sandoval
Letras Llanas, por Eduardo López Sandoval / [email protected]
El título que se reitera como canción desesperada no es tedioso en tanto se oyen los primeros retoños del año con su vigencia: la salida es ya.
La enfermedad camina los 18 años, es verdad, pero con un paso pequeño más en el diagnóstico llegaríamos al período de los 40 años de democracia como culpables primeros, por ser el fundo donde se sembraron los cultivos de demagogia y corrupción administrativa que hoy estamos cosechando, y con un paso más corto en este camino de buscar las causas de tan grave mal que hoy padecemos, nos encontramos con las estatuas sin causas ni consecuencias de otro bolivariano, el sátrapa Guzmán Blanco, y con otro pasito más llegaríamos al más auténtico y genuino de los bolivarianos, al propio Bolívar, quien es el iniciador de esta desventura de vivir emancipado de nuestra madre, cuando, como se ha visto, no estábamos preparados para la vida independiente. La prueba reina de la inmadurez es que la mayoría de los habitantes apoyan a un bicéfalo grupo que nos gobierna, para que se repartan sus riquezas, razón por la cual nos morimos de hambre: Elegimos nuestros verdugos. Afilamos la guillotina cuando votamos por quienes gobiernan.
Pero no vamos a remontarnos a las inestables montaraces mentes de nuestros antepasados, que huyendo de la civilidad cruzaron el Estrecho de Bering. Que cuando sus hembras abren las piernas al barbudo de psicopática carga, engendra la psicopatología que caracteriza la nación indoamericana, -Herrera Luque dixit. Venezuela se equivoca cuando vota el siglo pasado por quien hace galleta las instituciones democráticas forjando la Monarquía Comunista, que en el mundo compartimos con vergüenza con Cuba y Corea del Norte, pero vengamos más acá en la búsqueda de la razón de esta crisis, que es el diagnóstico de la enfermedad, que es el paso necesario al encuentro con el remedio. Venezuela votó por la solución el 6 de diciembre de 2015, que es salir del Poseso, pero la suficiente mayoría que impuso en el parlamento traicionó este mandato.
No analizaremos los Falsos Negativos esgrimidos por la MUD, como el Plebiscito, el Referéndum Revocatorio, la Ley de Amnistía, el juicio a los magistrados por Traición a la Patria, la Enmienda Constitucional para acortar el periodo presidencial, y un largo etcétera, que fueron usados con la aviesa intención de no tocar el trono del Interfecto en Miraflores, con la sola procura de seguir usufructuando las mieles de la vaca Pedevesa. La última aseveración es una grave acusación que este corto escrito hasta aquí mantiene como hipótesis, pero que en las próximas líneas se realizarán, -claro, con la aprobación del pana lector-, las suficientes comprobaciones para asegurar: el dolo es de la dupla Gobierno-MUD. Por lo que la solución debe estar necesariamente fuera de estos protagonistas.
No hablaremos hoy de una de las soluciones que bien pudo argumentar la MUD, pero no la usó para no correr el riesgo de mover la vaca de los petrodólares, la declaración de la nulidad del Acto Administrativo de la Juramentación del Interfecto, por colombiano y/o por la doble nacionalidad. Realicemos el análisis de sólo un aspecto esgrimido por los CIUDADANOS VENEZOLANOS para los cuales nuestro Derecho ha tenido los brazos abiertos, por lo menos desde enero de 2016, cuando esta inservible mayoría tomó posesión de diputados del pueblo ante el Parlamento.
Los CIUDADANOS VENEZOLANOS Alejandro González Valenzuela y Alfredo Coronil Hartmann (Sin más títulos), mantienen desde principios del años 2016, LA SALIDA ES YA. Es la evadida solución, la salida del cargo de Nicolás Maduro por la vía del Artículo 233 de la Constitución, el cual indica que a través de un juicio político y con tan solo la mayoría simple, se puede sentenciar el abandono del cargo del mandatario, y así su destitución.
La cronología de esta soslayada solución, que puede ser científicamente probada por todos, ya, -googlear es el expedito camino-, nos dice que el 8 de febrero, lunes de Carnaval, Carla Angola y Carlos Acosta del Programa “Aló Buenas Noches” transmitido en Miami, EEUU, entrevistaron a González Valenzuela, esgrimiendo esta solución. El Ciudadano Coronil Hartmann, escribió en un artículo “La salida es ya”, el siguiente lunes de febrero de 2016, con ídem razonamiento.
El propio Alfredo me dijo, ante los requerimientos nuestros, desde esta orilla del río Guárico, que tenían que comunicar tan buena nueva a la directiva del Parlamento, a lo que me respondió terminante: “Tenemos la lengua roma de tanto decirlo”. Científica conclusión: se hicieron las diligencias para que la MUD oyera, pero siguieron sordos.
La salida es ya. Esta corta expresión no fue leída, menos descifrada por los diputados. Mucho menos leyeron el Artículo 233 constitucional: “Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: …el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional…
El Presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, en el largo año de su gestión se mostró analfabeta. Pero, ¡Urpia, Dolores!, el nuevo presidente del Parlamento lo primero que hizo al tomar posesión, el 8 de enero de 2017, fue declarar la implorada Ausencia Absoluta. Pero borramos el ¡Urpia! Quedamos sólo con ¡Dolores!
Horas después reclamó, a quien debió dar el trato de expresidente, tal Dilma en Brasil, que debía presentar la Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional y no en el TSJ, fue como un Reenganche Indirecto. Pero lo que más dolor causó a la familia venezolana es que no permitió que los jóvenes manifestantes salieran con esta bandera colorida de legitimidad a las protestas de los ciento y tantos muertos. La MUD tiene, sin duda, la más hermosa capacidad histriónica de ser ciega, sorda y muda ante la sangre, el sudor y las lagrimas del venezolano.
Reiteramos: el dolo es de la dupla Gobierno-MUD. Por lo que la solución debe estar necesariamente fuera de estos protagonistas.
Glosario: el sitio web orinocopadrerio.blogspot, de la expresión ¡Urpia, Dolores! Nos dice: “Es una expresión que se escucha mucho llano adentro. Se utiliza en momentos de gran contento, de euforia, es una invitación a proseguir o incitar la diversión.”
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