La segunda muerte del mariscal Sucre, por Simón Boccanegra

Seguramente mucha gente ha oído hablar del proyecto de explotación de gas y producción de gas licuado conocido con el nombre de «Mariscal Sucre», que algún día deberá estar localizado en el Golfo de Paria. Primero se llamó «Cristóbal Colón», pero la revolución le cambió el nombre porque se comprobó que Colón llegó a la que llamó «tierra de gracia» gracias, valga la redundancia, a cartas de navegación que le proporcionó la CIA. En todo caso, tras nueve años de revolución el «Mariscal Sucre» está tan muerto como el prócer de quien lleva el nombre. La rrrrevolución compró hectáreas y hectáreas de terrenos en los alrededores de Güiria, para construir las instalaciones terrestres; Pdvsa tomó el aeropuerto de Güiria para darle el aspecto que se supone propio de empresas de tan alto coturno como las petroleras y gasíferas. Pero hasta allí llegó todo. Del «Mariscal Sucre» no ha brotado ni un pie cúbico de gas. Pero nuestro pintoresco presidente cuando estuvo por Jamaica le prometió a su gobierno que en el año 2009 le estarían suministrando todo el gas que necesiten las dos empresas imperialistas que operan en aquella isla produciendo aluminio. Por supuesto, pura coba, como la de las 23 refinerías que Ego Chávez ha ofrecido hasta en Malasia –donde deben haberse quedado estupefactos (es un país de primer mundo)– ante tamaña oferta. Si el «Mariscal Sucre» arrancara mañana sólo para el año 2014 estaría entrando en operaciones.