La seguridad de Chacumbele, por Simón Boccanegra

Si este minicronista oyera con asiduidad a Chacumbele, solamente con uno de sus soliloquios tendría material para un mes, tantas son las barrabasadas que perpetra y que van quedando bajo la mesa. La semana pasada lo escuché perorar durante un rato muy largo sobre el tema de la seguridad social. Denunciaba a las empresas de seguros, prometía que se crearía un sistema de seguridad social «revolucionario», para quitarse de encima «esos HCM de las aseguradoras privadas».
Quienes lo oían, prorrumpían en aplausos ante cada una de las promesas y salmodiaban el ritornello de «así, así, así es que se gobierna». Uno nunca sabe cuánta sinceridad hay en esos aplausos en los actos de Chacumbele, porque se parecen demasiado a los saludos de los choferes a los guardias nacionales en las alcabalas. Pero algún asistente tal vez se preguntaría si era un discurso en vivo o si Chacumbelee estaba doblando uno de sus discursos de campañas electorales anteriores, sobre todo la de 1998.
Era la misma vaina, la misma promesa, como si hubiera asumido la presidencia el mes pasado y no hace once años y pico. Desde entonces está paralizada en la Asamblea Nacional la discusión sobre el Sistema de Seguridad Social. Es probablemente la más lacerante de sus promesas incumplidas, porque la seguridad social es el emblema de los gobiernos que se dicen progresistas. Para el caso, qué mejor ejemplo que el de Obama. La mejor demostración de que este dista de serlo es precisamente la terrible mora que tiene con la seguridad social. No le importa.
Nunca ha sido prioridad para Chacumbele. Por cierto que su gran proyecto para librarse de los HCM de las aseguradoras privadas es entregárselos a la aseguradora «bolivariana» que está creando ese angelito de Dios que es Orlando Castro.
¿Qué tal?