La tarea de un líder empresarial es…, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
Estamos viviendo una de las mayores experiencias disruptivas de estos tiempos. La pandemia ha puesto al mundo, coloquialmente hablando, “patas arriba” y no hay razones suficientes para pensar que la incertidumbre ha quedado atrás. Por el contrario, esta época continúa marcada por incógnitas, muchas de las cuales están relacionadas con el covid-19.
Así que en el caso de las empresas sus líderes no tienen más opción que seguir lidiando con ello y, por su puesto, prepararse para la siguiente crisis, sea cual sea, para que esta vez no los tome por sorpresa o desprevenidos. No hay que perder de vista que una de sus tareas fundamentales es construir el futuro de la compañía junto con su equipo.
Por lo tanto, es inaplazable empoderarlos para maniobrar durante y después de las contingencias, pues tras casi dos años de vivir en pandemia, los tipos de líderes al frente de las empresas que conocíamos hasta 2019 han cambiado radicalmente y esto lo pone en evidencia Wortev, una plataforma orientada a ayudar a emprendedores a desarrollar empresas.
El año pasado recopiló los aprendizajes más importantes dentro de las compañías para conocer los retos que enfrentaron los directivos y en marzo de 2021 presentó los resultados en el estudio “Liderazgo y productividad 2020. Los retos de gestionar equipos de trabajo a distancia”.
Wortev, después realizar 390 encuestas a líderes empresariales, encontró que “gestionar a distancia, mantener la productividad y seguir con operaciones para enfrentar el impacto en sus ganancias han sido grandes desafíos para los emprendedores durante los últimos 12 meses, en los que han tomado difíciles decisiones”.
Además, identificó a cinco tipos de líderes en función de las decisiones que tomaron con respecto a los efectos de la pandemia. En primer lugar, están los entusiastas, que representan 30% de los encuestados. Se caracterizaron por su resiliencia emocional, se adaptan bien al trabajo remoto y adoptan nueva tecnología. “Generaron mayor empatía con sus colaboradores, lo que les permitió mantener una salud emocional estable”, indica Wortev.
Siguen los apáticos (27%), quienes muestran desinterés por las ventas, los ingresos y las metas individuales o de equipo. Ellos afirmaron que durante la pandemia la salud emocional de su personal se vio afectada; sin embargo, no relajaron las metas fijadas.
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Después están los moderados (20%). Durante la pandemia mantuvieron una perspectiva optimista y de oportunidades, pero sin modificar ni adaptar su forma de trabajo. Aseguraron que la salud mental de sus empleados se mantuvo estable, por lo que seguirán con las medidas implementadas en 2020 para el futuro.
En cuarto lugar, están los tecnológicos desanimados (18%), que usaron la tecnología como principal herramienta para hacerle frente a los retos y fueron los que mayor afectación notaron en la salud mental de trabajadores. “Por consecuencia, la productividad del equipo se redujo”, sostiene Wortev.
De último están los conservadores (5%), quienes no implementaron cambios en su gestión y forma de trabajo y mantuvieron sus metas como empresa. Dijeron que no sienten más empatía con el equipo, no piensan que la tecnología ha sido clave y no tomaron nuevas medidas para mejorar.
“Aunque el líder que más sobresalió fue entusiasta, si se suman la proporción de líderes moderados, apáticos y conservadores, que fueron quienes menos cambios realizaron en su gestión, representan el 52% de los encuestados. Esto quiere decir que más de la mitad de los líderes no supo cómo gestionar a sus equipos, mantener la estabilidad emocional de estos y hacer uso de la tecnología a su favor para enfrentar la pandemia”, dice Wortev.
Si bien el estudio corresponde a 2020, sus resultados no pierden vigencia. Revelan que aún queda camino por recorrer para profundizar la profesionalización de las empresas y hacerle frente a los retos actuales y futuros. De manera que es necesario, como mencioné antes, empoderar a los líderes para que sean resilientes y capaces de ponerse en la piel de sus empleados y clientes, pero también de ser firmes para proteger el rendimiento de la compañía y estabilizarla durante las crisis. Y, en estas circunstancias que sin duda han sido extraordinarias, buscar nuevas y mejores oportunidades.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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