La tentativa de intervención militar en Venezuela lejos del consenso internacional
Desde 1989, se registraron al menos 16 casos de intervención directa de Estados Unidos, para lograr el cambio de gobierno en otros países o actuar sobre crisis concretas, mediante el empleo de fuerzas militares, agentes de inteligencia o empleados gubernamentales
La tentativa de una misión militar de Estados Unidos en Venezuela no se ha descartado como parte de las propuestas para salir de la crisis política que atraviesa el país, pero tampoco ha logrado el respaldo de la comunidad internacional que insiste en agotar las vías pacíficas.
Desde 1989, se registraron al menos 16 casos de intervención directa de Estados Unidos, para lograr el cambio de gobierno en otros países o actuar sobre crisis concretas, mediante el empleo de fuerzas militares, agentes de inteligencia o empleados gubernamentales.
Dentro de ese grupo figuran, entre otros, la invasión de Panamá ocurrida en 1989, las intervenciones de Kuwait, en 1990-1991, Haití en 1994 y 2004; la intervención de Somalia entre 1993-1994, y en 2007; la intervención en Filipinas en 2002; así como en Libia en 20011, en Yemén, Pakistán y Somalia en 2011-2012; en Irak y Siria en 2014.
“Una cosa es la invasión militar unilateral que Estados Unidos ejerció, durante el siglo XX, en Nicaragua, Honduras, Cuba, Haití, que son invasiones bélicas como las ocurridas en República Dominicana, en 1965, en Granada en 1983, y la más cruenta que ocurrió en Panamá, en 1989; así como la de Irak; y otra cosa son las invasiones multilaterales. En las primeras se requiere de la aprobación del Congreso, de una aprobación doméstica, pero las segundas provienen de un proceso básicamente emanado de la Organización de Naciones Unidas (ONU)”, explicó el internacionalista Carlos Romero.
Para ilustrar las aprobaciones domésticas a una intervención militar, Romero refirió que demócratas y republicanos respaldaron la intervención a Kuwait durante el mandato de George W. Bush, en un debate realizado el 13 de enero de 1991.
Añadió que las intervenciones avaladas por el Consejo de Seguridad de la ONU parten de tres conceptos desarrollados, a partir de la década de los 90, como lo son el Estado forajido, el Estado fallido y el de la responsabilidad de proteger. El analista señaló que las intervenciones militares aprobadas por Naciones Unidas requirieron profundizar el papel de la Fuerza de Conservación de Paz, popularmente conocida como los Cascos Azules. Sin embargo, puntualizó que esta es una unidad de prevención, pero no de control militar y policial que fue desplegada, en los años 60, en países de Africa, como India y Pakistán, y luego en los 80.
Asimismo, el internacionalista Romero indicó que en el caso de Venezuela han sido planteados varios términos.
“Como no hay mucha doctrina y mucho conocimiento de esa doctrina se confunde la situación. La intervención humanitaria forma parte de la necesidad de proteger, pero por supuesto hay otro mecanismo de mediación internacional más tradicional que parte de la negociación, el entendimiento y la facilitación internacional que en el país han fracasado por la polarización tan fuerte que existe Lamentablemente pedir la intervención militar estadounidense denota el cierre de cualquier posibilidad interna en medio de la crisis”, dijo.
Romero señaló que de concretarse una intervención militar y si el gobierno de Nicolás Maduro recurre a los ejércitos de Rusia y China podría producirse un conflicto de alta densidad. Recordó que la escala de un conflicto es lo que ha llevado a diferentes sectores a alzar las voces contra una salida armada en Venezuela.
Sin consenso
La probabilidad del uso de la fuerza en el país tomó un nuevo vuelo luego de las trabas impuestas por el gobierno de Maduro al ingreso de la ayuda humanitaria el 23 de febrero. De hecho, esta circunstancia sirvió para que la Fracción Parlamentaria 16 de julio presentara ante la secretaría de la Asamblea Nacional (AN) un proyecto de acuerdo en el que pide la intervención de una misión militar de paz internacional en Venezuela. La solicitud se sustenta en el artículo 187, numeral 11 de la Constitución,
“Solicitamos que la Asamblea Nacional autorice el empleo de acciones militares pacíficas para que permitan el ingreso de la ayuda humanitaria a Venezuela y se le ponga fin a esta masacre que vienen cometiendo el usurpador y su pandilla”, dijo el diputado Omar González (Vente Venezuela).
Sin embargo, el planteamiento de la fracción 16 de julio aún no se ha debatido en el Parlamento y surgió después de que el Grupo de Lima y la Unión Europea, así como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) cerraron el paso a la posibilidad de una acción militar como salida a la crisis nacional.
“El uso de la fuerza no es una solución para lo que ocurre en Venezuela. Venimos luchando para que se de la solución de forma pacífica. No estamos apoyando el uso de la Fuerza. El Grupo de Lima ha venido apoyando es una solución pacífica”, señaló la instancia el 25 de febrero. Por su parte, la Unión Europea (UE) fue enfática e insistente sobre la necesidad de que la solución a la crisis política sea la celebración de elecciones libres.
«La posición de la UE es muy clara: hay que evitar una intervención militar», señaló la portavoz de Federica Mogherini, Alta Representante de Política Exterior de la UE. En la última semana de febrero, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, aseveró que en América Latina «pasó el tiempo de las intervenciones militares».
En vilo
Hasta ahora, la posibilidad de una acción de Estados Unidos en Venezuela no logra el consenso doméstico ni internacional. “La intervención militar no es la vía que Estados Unidos está siguiendo. Hemos dicho que no usaremos fuerza militar para forzar la entrada de ayuda a Venezuela”, aseguró Elliott Abrams, encargado especial de Estados Unidos para Venezuela, en entrevista concedida a CNN el 1 de marzo de 2019.
Abrams aseguró que el gobierno de Nicolás Maduro “ya hubiese caído si no fuera por los asesores cubanos que son los ‘enforcers’ del régimen. Ellos son responsables de muchos de los abusos del régimen”.
Hasta ahora, el gobierno de Donald Trump ha cercado a Maduro con sanciones económicas y petroleras mientras se rodea de la sombra de una posible acción militar.
Esta tentativa fue cuestionada por almirante retirado James Stavridis, exjefe del Comando Sur de Estados Unidos, quien puntualizó, en un artículo escrito para la revista Times el 31 de enero de 2019: “Es hora de que Maduro se vaya. Pero Estados Unidos debe ser cauteloso. Pese a que él está reprimiendo a la población y deteniendo a sus oponentes, una invasión de Estados Unidos fomentaría la ira en la región e internacionalmente».