La transinvestigación, por Aglaya Kinzbruner
X: @kinzbruner
Los griegos reconocían tres tipos de amor, Eros, Philia y Ágape, siendo eros el amor pasional, philia, el amor con visos de amistad y ágape el amor a los demás como seguramente sintieron nuestros santos queridos, Carmen Rendiles y José Gregorio Hernández. Si nos pudiéramos adentrar en la psiquis de otras personas, seguramente nos preguntaríamos qué le pudo pasar a la hoy pareja Macron/Brigitte para sentir un amor tan grande que teniendo él 15 años y ella 39 los envolvió desde un comienzo, siendo ella su profesora, y que se concretó años más tarde en matrimonio.
Ahora que Emmanuel Macron es presidente de Francia y Brigitte su esposa son blanco de una campaña malvada llena de bulos y falsedades. Hasta la hija de Brigitte, Tiphaine Auziere, se ha quejado que el ciberacoso que no descansa ni un minuto ha desmejorado la salud de su madre.
Todo empezó con el hackeo de la cuenta de impuestos de Brigitte que en vez de evidenciar su nombre mostró en su lugar el nombre de su hermano mayor Jean Michel. Éste es bueno decirlo, tiene 80 años y hace vida aparte lejos de los problemas del Elíseo. Pero el bulo insiste en que esto no es cierto y que él por alguna razón específica, se convirtió en una mujer trans y arribista sin escrúpulos que se casó con el presidente de Francia.
Y así la mentira crece y crece. En París hay ya diez indiciados, ocho hombres y dos mujeres cuyas penas, de ser condenados, pueden llegar hasta a los dos años de prisión. De los indiciados el principal «influencer» es Aurelién Poirson-Atlan que dice ser víctima de la legislación francesa que no permite la libertad de expresión. Su cuenta en X fue suspendida. Una de las dos mujeres dice ser clarividente, bajo el seudónimo de Amandine Roy. ¡A que nunca se imaginó cómo podría salirle la jugada!
Pero la envidia no se queda quieta. Ahora dio un salto de canguro y aterrizó en Estados Unidos en la persona de una influencer, bulky hulky Candance Owens. Esta señora casada con el hijo de un lord inglés que se sienta en la Cámara de los lores, probablemente comparta la misma fantasía de Meghan Markle, que estar casada con un lord inglés ¡es absolutamente lo máximo!
Y como en la mayoría de los estados de Estados Unidos lo más importante no es ser cultos, hacer el bien, destacarse en actividades sociales positivas sino en ser una celebrity, esta influencer ha hecho una serie de podcasts donde demuestra «científicamente» la transformación de Brigitte. En esta instancia es importante señalar que la víctima de los bulos, la frágil e introspectiva Brigitte Macron, antes Trogneux, es una mujer muy culta con una maestría en Artes, fue profesora de teatro, literatura y latín. El latín es una materia muy preciada porque su enseñanza hace al alumno más racional, más estructurado y afín a la lógica en todas sus decisiones.
No sabemos si la Owens está al tanto que en Boston, las familias hacen todo lo posible para que sus hijos accedan a la Boston Latin School, una de las mejores secundarias del país, cosa que prácticamente les garantiza la entrada a una buena universidad.
Y volviendo a Brigitte diremos que es la quinta generación de descendientes de unos chocolatiers de Amiens y más rica que Emmanuel Macron. Así que de aprovechada, nada. Hay una ingeniosa salida local que dice: – Teníamos los macarons de Amiens, hoy tenemos los Macron –. Es triste, sin embargo, comprobar que a la misoginia que no es nada nuevo y ha existido siempre se hayan sumado mujeres que deberían solidarizarse con personas de su mismo sexo.
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Por lo pronto, Macron se ha visto obligado a incoar una demanda contra esta famosa podcaster. Sin embargo, por los vientos que soplan, hay una fuerte corriente anti europea en el país del norte y la justicia no está garantizada.
¡Por algo el marido de Candace Owens, George Thomas Stahel Farmer, dice que no está siempre de acuerdo con sus opiniones!
Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.
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