La última de Otto Reich, por Simón Boccanegra
Otto Reich es lo que llaman en inglés un trouble maker. Un creador de problemas. Con razón los demócratas se opusieron a su designación como subsecretario para América Latina en el Departamento de Estado. Indiciado en el sucio affaire Irán-Contras y en otros manejos, Bush tuvo que nombrarlo a la brava, haciendo uso del privilegio presidencial. Ahora salió con eso de que el 12 de abril estuvieron en Maiquetía cuatro aviones cubanos y ya metió a su gobierno en un nuevo lío. Si hubiera dicho que esas naves llegaron cualquier otro día, a lo mejor crea la duda. ¿Pero el 12? ¿Precisamente el 12, cuando el gobierno de Chávez no existía? ¿O es que vinieron a solidarizarse con el gobierno que esa misma tarde iba a instalarse? Porque aviones militares cubanos sólo podrían haber aterrizado en Maiquetía con anuencia de las autoridades existentes, que no eran propiamente sus amigos aquí. Puede uno entender cómo entre Reich y el coronel North metieron al gobierno de Reagan en aquel tremendo vaporón del cambio de armas por cocaína con los iraníes, para armar a la contra nicaragüense. Un dechado de habilidad e inteligencia el hombre.