Unidad y defensa del voto: puntales del triunfo opositor en 2015
La unidad y la defensa del voto fueron elementos determinantes para el triunfo opositor en las parlamentarias de 2015, señala Luis Salamanca. Los adversarios de la revolución fueron a los comicios con una tarjeta y un comando de campaña único
La unidad y la defensa del voto fueron elementos determinantes para el triunfo opositor en las parlamentarias de 2015.
Pese a lograr la mayoría de los curules de la Asamblea Nacional (AN), la suerte se torció tras la seguidilla de sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) contra el Parlamento, los aciertos y reversas de la ruta encabezada por Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, la anulación de la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la designación, vía el Poder Judicial, de directivas ad hoc de los principales partidos.
En el camino a las elecciones regionales del 21 de noviembre, convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) designado por la AN de Maduro, TalCual revisa los elementos que permitieron tejer la victoria opositora el 6 de diciembre de 2015.
En las elecciones de 2015, la tarjeta de la MUD fue la más votada en 18 estados del país. La revolución solo obtuvo más votos en Apure (53%) Cojedes (52,50%), Delta Amacuro (58,55%), Guárico (50,33%), Portuguesa (53,74%) y Yaracuy (50,71%). El 6D de 2015 significó el más importante triunfo opositor en 17 años.
«Este resultado representa el punto final al predominio de 15 años sobre el Poder Legislativo por parte de los partidos asociados con Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro. La MUD desafió condiciones electorales altamente desventajosas y superó los pronósticos más optimistas, asegurando 112 de los 167 escaños en la Asamblea Nacional. Esto le otorga la mayoría calificada de dos tercios del Parlamento, y con ello la posibilidad de ejercer un amplio control sobre la agenda legislativa y también, hasta cierto punto, sobre el Gobierno», señaló el Crisis Group en un informe sobre América Latina, el 21 de diciembre de 2015.
Así de prometedor lucía el panorama tras el triunfo de la unidad. Cinco años y medio después, la oposición mayoritaria deshoja la margarita sobre las elecciones regionales, en tanto la minoritaria ya se sumó al maratón comicial.
Unidad versus guerra económica
«Ha triunfado la guerra económica, ha triunfado una estrategia para vulnerar la confianza colectiva en un proyecto de país, ha triunfado circunstancialmente el estado de las necesidades creado por una política de capitalismo salvaje, de esconder los productos, de encarecerlos, es una guerra sin parangón, sin igual», afirmó Maduro el 7 de diciembre de 2015.
Para la unidad, el triunfo tuvo el sabor de nuevos y prometedores aires. «Triunfamos con el arma más poderosa porque creemos en la democracia: el voto. Venezuela quería un cambio y ese cambio empezó, gracias Venezuela, ¡Gloria al bravo pueblo!», dijo Jesús «Chuo» Torrealba.
¿Cómo se logró el triunfo opositor?
Para el politólogo Luis Salamanca, es importante valorar qué factor tuvo más peso en la victoria de la unidad.
“El factor clave, sin desmeritar a otros, fue la unidad que logró la MUD. Visto en perspectiva eso se destaca como un factor primero novedoso, ya se había ensayado parcialmente en 2010 y dio buenos nuevos resultados. Pero, en 2015, dio todo el resultado posible la unidad electoral, una alianza perfecta, con algunas excentricidades por allí como partidos que postularon por su cuenta”, esgrime Salamanca.
Añade que en 2015 la crisis económica comenzaba a mostrar su cara más fea, que es la escasez de productos y la inflación se encaminaba hacia la hiperinflación.
«Otro factor es que el Partido Socialista de Venezuela (PSUV) no es un partido sociológicamente hablando, es una administración puesta por el gobierno, por el Estado. No está metido en los conflictos sociales porque no le interesa resolverlos, es más un mecanismo de clientelismo para hacer llegar las dadivas del gobierno, buscar a la gente, comprar votos, remolcar. El PSUV viene deteriorándose desde antes de la muerte de Chávez, las elecciones de 2015 demostraron que el PSUV había perdido buena parte del territorio«, indica Luis Salamanca.
Francisco Castro, coordinador de Súmate, presenta una lista de las variantes internas que impulsaron el triunfo: la unidad de candidatos que incluyó las elecciones primarias y acuerdos con un año de anticipación; la unidad de tarjeta; la campaña paraguas y la unidad en el discurso.
Castro además hace foco sobre el comando unitario nacional, la organización para la defensa del voto que incluyó elementos como cantidad, calidad y tiempo; la digitalización de las actas de escrutinio; y la estructura de conteo rápido que permitió conocer el resultado del 6D y pelearlo.
Señala que aunque las reglas electorales en 2015 eran imperfectas, se venían ejecutando consistentemente en varios comicios. Este es uno de los elementos externos, así como el cronograma electoral, el hecho de que se permitiera la tarjeta unitaria de la MUD, y el operativo de actualización e inscripción en el Registro Electoral (RE) por más de 9 meses.
«No había amplias dudas sobre el sistema automatizado como si ocurrió en la elección de la Asamblea constituyente y la elección del gobernador de Bolívar en 2017. Además, hubo participación electoral masiva, con participación histórica más alta en unas parlamentarias; condiciones de libre movilidad para la campaña electoral y acceso a los medios de comunicación tradicionales», esboza Francisco Castro.
La participación electoral en las parlamentarias de 2015 fue de 73, 62%.
El vocero de Súmate agrega que la mayor oleada migratoria es posterior a la elección de 2015. Indica que, para ese momento, el RE estaba conformado en su mayoría por las personas dentro de Venezuela.
«Actualmente hay cerca de tres millones de personas que están en el RE que votan en Venezuela y están en el exterior. Entonces, el Registro Electoral tiene demasiadas diferencias entre el papel y la realidad, y eso afecta muchísimo las estadísticas de la elección», dice Castro.
Testigos activos
El politólogo Luis Salamanca expresa que aunque, en 20 años, la oposición no ha logrado el 100% de sus testigos en sus elecciones, en los comicios de 2015 el número de testigos representó una logística muy alta.
«Todos los partidos convergiendo en una sola tarjeta ponían todos los esfuerzos en una misma dirección, pero lo mas importantes es que la unidad en si misma es como una fuerza aparte, es como la fuerza que moviliza al elector, si se presentan desunidos los partidos opositores el elector se abstiene. Pero si ve unidad, eso lo moviliza», subraya.
Salamanca explica que la ausencia de Chávez le daba cuerpo a las parlamentarias de 2015 y que esa situación se trató de llenar con el ventajismo sobre los recursos del Estado, pero no pudieron.
«Esto demuestra que el elector estaba indicando con ese resultado que se estaba retirando de las filas del chavismo. Ese fue un mensaje que Maduro captó y que llevó a cerras las vías democráticas, luego vino la ilegalización de las tarjetas opositoras, las que podían ser utilizadas para ganarles en una elección presidencial. Es muy importante eso que llamamos desalinearse, el elector venezolano demostró que podía salir de ese encuadre o intento de encuadre del chavismo, podía salir y pasar a identificarse con esos partidos», concluye.
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